El joven que estuvo detenido algunos días como supuesto partícipe del crimen de Fernando Báez Sosa, Pablo Ventura, declaró que vio pelear a los ocho rugbiers acusados “en varias situaciones, a la salida de boliches en Zárate o en jodas”.
El joven es oriundo de la ciudad bonaerense de Zárate, donde también vivían los ocho acusado por el asesinato de Báez Sosa.
Ante la afirmación del testigo, el fiscal Juan Manuel Dávila le repreguntó por qué se refería a que actuaban en grupo: “Siempre, eran tres, cuatro o cinco, siempre eran mayoría (a la hora de pelear) contra una o dos personas”.
Ventura recordó que, al día siguiente del asesinato de Báez Sosa, la DDI de Campana lo fue a buscar a su casa de Zárate y luego fue trasladado a Villa Gesell, a la Fiscalía. Allí -recordó- le dijeron que él había sido mencionado por uno de los rugbiers entonces detenido, como partícipe del ataque.
Tras su declaración ante el Tribunal de Dolores, el remero dijo que “ninguno” de los ocho imputados pudo a mirarlo “a la cara” y sostuvo que “le gustaría” escuchar una explicación de por qué lo mencionaron.
“Me molestó que me hayan nombrado. Ellos no me quisieron ver (en la audiencia). Nunca me dijeron nada a la cara”, aseguró Ventura (24) sobre los ocho rugbiers, al retirarse del edificio judicial donde el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores lleva acabo el juicio por el crimen de Báez Sosa (18).
“Fue muy de cobarde nombrar a alguien cuando fuiste vos quién lo hizo. Perdí mi privacidad después de esto. Especialmente los dos meses después que pasó el hecho. Me gustaría escuchar una explicación del por qué me nombraron”, sostuvo el joven.
Ventura aseguró que sintió “un gran alivio” al declarar y que las preguntas que le formularon ambas partes lo ayudaron a liberarse.
Por último, añadió que ahora su vida “está tranquila” y que espera que se haga justicia.