La Suprema Corte de Mendoza estudia la causa que se inició por un reclamo contra la ordenanza de la Municipalidad de Guaymallén que eliminó la tradicional elección de la denominada Reina de la Vendimia. Hace una década empezó a tomar fuerza el movimiento que pugna por la supresión de certámenes de belleza
En el marco de un caso que se inició a raíz de la eliminación de la elección de la reina de la Vendimia de Guaymallén, Mendoza, dispuesta por una ordenanza municipal, la Suprema Corte de Justicia (SCJ) de esa Provincia llevó a cabo una audiencia pública informativa no vinculante.
Se inscribieron 60 personas y, luego de una evaluación sobre el cumplimiento de los requisitos para participar, el Poder Judicial provincial elaboró el listado definitivo, compuesto por 18 expositores.
Así, hablaron ex “reinas con mandato cumplido”, dirigentes políticos y personajes destacados de la cultura.
Marcela Gaua y Jésica Tolín, quienes un momento ganaron el título, criticaron la idea de que la elección de la reina sea un concurso de belleza.
Por el contrario, afirmaron que es un espacio propicio para el aporte a acciones solidarias y para que la ganadora sea “embajadora del vino”.
Derechos
Tolín, quien fue reina nacional, sostuvo: “Eliminar la elección de la reina es una violación a los derechos ganados por la mujer”, opino que se debe resignificar la elección y negó que se trate de una figura anacrónica.
A su turno, Pedro Marabini, ex ministro de Turismo y Cultura durante el gobierno de Julio Cobos, defendió también la figura y valoró que implica “la presencia de la mujer en la fiesta máxima” de la jurisdicción.
En tanto, la periodista y ex candidata a legisladora provincial Laura Carbonari recordó que la Fiesta Nacional de la Vendimia está basada esencialmente en símbolos y que la coronación de la reina es uno de ellos. “Guaymallén, en vez de eliminar a la reina mujer debe empoderar a la mujer reina de la Vendimia, dejarla participar del Concejo Deliberante con voz y voto, de las reuniones de gabinete”, opinó la periodista.
Además, afirmó que “en cada reina hay preparación, criterio, fuerza joven irreverente, ganas de salir adelante”.
“No eliminen a la reina mujer, empoderen a la mujer reina que es expresión de su propio pueblo”, cerró la dirigente.
Este martes 6 expondrán quienes interpusieron un recurso ante el máximo tribunal mendocino: la reina de 2007, María Paula García; la reina “paralela” de Guaymallén, Julieta Lonigro, y la presidente de la Comisión de Reinas Nacionales de la Vendimia (Corenave), Soledad Reina.
También hablarán los representantes de la Municipalidad de Guaymallén, de la Asesoría de Gobierno y de la Fiscalía de Estado.
El intendente de Guaymallén, Marcelino Iglesias, dijo que no apelará la sentencia que dicte la SCJ y que confía en que ésta “va a comprender el signo de los tiempos” y que “la elección de la reina es una práctica retrógrada”.
Argentina
En Argentina, la figura de la “reina” y los concursos de belleza con los que culminaban las más de 300 fiestas nacionales y provinciales ya fue eliminada en más de 70 ciudades.
La tendencia comenzó en 2013, en el entendimiento de que en los certámenes hay “violencia simbólica”. Los concursos de belleza en el país comenzaron a hacerse hace muchos años en distintas regiones con el objetivo de fomentar el turismo y la economía en distintas épocas del año.
El grueso de las celebraciones finalizaba con la elección de una “reina” entre jóvenes mujeres que eran evaluadas, principalmente, por su aspecto físico.
Detractores
En general, los detractores de los concursos argumentan que los criterios de selección de las “reinas” -como altura, peso, color de ojos, estado civil y edad- consagran estereotipos que ponen a muchas mujeres en situación de riesgo, como la posibilidad de padecer desórdenes alimentarios.
La crítica a los certámenes tiene relación con que refuerzan la idea de que las mujeres tienen que ser ser valoradas y premiadas exclusivamente por su apariencia física, y se los considera discriminatorios y sexistas.
Desde 2013, la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de Violencia de Género (Consavig) impulsó la campaña nacional “Ciudades sin reinas”.
En 2014, la ciudad bonaerense de Chivilcoy fue la primera que suspendió las competencias. Lo hizo mediante una ordenanza que las prohibió por considerar que “colocan a las mujeres como objetos de exhibición”.
En 2016 se sumó Bahía Blanca.
En el mismo año, Gualeguaychú (Entre Ríos) dejó de elegir a reinas en sus carnavales y selecciona “representantes culturales”. A partir de ese momento, muchos otros municipios del país tomaron decisiones similares: Villa Gesell, Saladillo y Junín (Buenos Aires), por ejemplo, frenaron los certámenes.
También en territorio bonaerense, la ciudad de Coronel Suárez optó por un cambio de enfoque y premia a personas (mujeres o varones) que se destacaron por su acciones comunitarias.
Localidades
Actualmente, más de 70 localidades eliminaron los certámenes o los reemplazaron por otras actividades en las fiestas populares.
A la fecha, Buenos Aires y Río Negro son las provincias con más ciudades adheridas a este criterio.
En la provincia de Córdoba, en noviembre de 2021, la ciudad de La Falda anunció que ya no habrá elección de “reina” y “princesas” en la Fiesta Nacional del Alfajor. La primera localidad cordobesa que dejó de lado esta costumbre fue Villa General Belgrano, en el marco de la Oktoberfest. Luego se sumaron la ciudad de Córdoba y Río Cuarto.
La discusión sobre la conveniencia o no de seguir con las competencias está en marcha en otras ciudades de la provincia.
Histórico
Hace poco más de un año, en Francia, por primera vez en la historia del concurso de belleza “Miss France”, que se celebra desde 1919, las 29 competidoras suscribieron un contrato de trabajo.
La decisión la tomó la nueva directora del certamen, Alexia Laroche-Joubert, y reconoce formalmente la relación laboral entre las aspirantes a reina de belleza con la sociedad que gestiona el programa.
Sucedió luego de que la asociación feminista Osez le Féminisme presentó una demanda ante un tribunal laboral.
En octubre de 2021, Osez le Féminisme accionó contra Endemol Production, que gestiona el certamen, por considerar que “explota a las mujeres”.
El grupo planteó que las participantes “repiten e interpretan cada año un espectáculo sexista, discriminatorio y lucrativo”.
También indicó que las mujeres generan “millones de euros de beneficios”, en violación de las mandas del derecho laboral francés que prohíbe la discriminación de un candidato a un puesto por su aspecto físico, edad u origen, entre otros aspectos.
En aquel momento, Laroche-Joubert rechazó que se pudiera hablar de una relación laboral. “El trabajo es otra cosa”, manifestó. En esa línea, alegó que las misses no tenían que responder ante un empleador ni cumplir horarios. Además, dijo que son concursos regionales y que en todos los casos las mujeres tienen la opción de presentarse o no.
“Hace 100 años que celebramos concursos de belleza, son anteriores incluso a sus emisiones por televisión”, declaró.
Una vez que se anunció la contratación laboral, Osez le Féminisme afirmó que es “ampliamente insuficiente” porque, como implica la aplicación de las reglas del Código de Trabajo francés, debería implicar la supresión de todos los criterios de apariencia física que siguen vigentes, como medir al menos 1,70 metro, y otros, como no tener hijos, no haber estado nunca casada y mantener un comportamiento “conforme a los valores de la elegancia”, que implica la exclusión de las mujeres tatuadas o con piercings. La responsable del concurso acusó a Osez le Féminisme de “querer matar Miss Francia” y lamentó lo que definió como “polémicas creadas por grupos neofeministas que tienen una mirada condescendiente sobre un programa popular y amable y sobre el entusiasmo que suscita”.
No obstante, se mostró dispuesta a debatir algunas normas que ya en su momento calificó de “obsoletas”. En esa línea, admitió que es posible que sea necesario discutir el alcance del término jurídico “soltera”.