Han detectado 120 casos con inmunodeficiencia primaria en la provincia, una patología causada por defectos en la capacidad de producir anticuerpos en sangre. Cruzada conjunta de Hemoderivados, Hospital de Niños y familiares.
Si bien es esperable que los niños pequeños tengan una gran cantidad de infecciones respiratorias, es importante monitorearlos para determinar si hay infecciones inusualmente frecuentes o graves para poder determinar si padecen o no la llamada inmunodeficiencia primaria (IDP).
Los pacientes que padecen esta patología tienen los mismos tipos de infecciones que las demás personas (oído, sinusitis y neumonía), pero la diferencia radica en que sus infecciones ocurren con más frecuencia, son más graves y hay más riesgo de que se produzcan complicaciones debido a que no funciona adecuadamente parte de su sistema inmune.
Para hacer frente a esta patología, profesionales y familiares de los 120 niños que se han detectado que la padecen en Córdoba, se unieron para diseñar estrategias conjuntas para abordar la problemática y el viernes pasado abrieron la sede Córdoba de la Asociación de Ayuda al Paciente con Inmunodeficiencia Primaria, una entidad que ya funciona con sedes en Buenos Aires y Rosario.
El objetivo de la organización es brindar apoyo social, legal y médico y cuenta con el apoyo del Servicio de Alergia e Inmunología del Hospital de Niños y del Laboratorio de Hemoderivados de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Durante el primer encuentro, que se desarrolló en el Colegio Taborin, se abordaron temas como vacunas que deben administrarse a las personas que padecen la insuficiencia, cuidado de la piel y de las vías respiratorias en los pacientes y su correcta alimentación, aspectos legales para la accesibilidad de tratamiento y medicación.
En Hemoderivados explicaron que las IDP son enfermedades en su gran mayoría hereditarias, generadas cuando parte del sistema inmune de una persona está ausente o no funciona adecuadamente.
“Es importante aclarar que no siempre la alteración responsable de la IDP es heredada de los padres. En ciertos casos, ésta se genera directamente en el niño durante su gestación. Además existen IDP en las cuales no sólo no se puede definir un patrón de herencia sino que tampoco se conoce el defecto responsable”, detallaron en el laboratorio universitario.
Infancia en la mira
Según la Academia Americana de Alergia, Asma e Inmunología (AAAAI) “las formas más comunes de inmunodeficiencia son causadas por defectos en la capacidad de una persona de producir proteínas de la sangre, llamadas anticuerpos. Los anticuerpos son proteínas que se pegan a los gérmenes y ayudan al cuerpo a eliminarlos”.
“La patología -agrega la AAAAI- se manifiesta principalmente en la niñez por medio de infecciones que suelen afectar los oídos, pulmones, piel o intestino, entre otros órganos. Por lo general, son infecciones que se reiteran o de difícil curación, que normalmente no se van con el uso de antibióticos, y a menudo se repiten luego de una semana o dos de finalizado el tratamiento con antibióticos”.
Signos de alerta
– Entre los signos que indican a un médico que debe realizar más exámenes a un paciente ante una posible inmunodeficiencia, se incluye la infección micótica persistente en la boca o en la piel, diarrea prolongada o tos persistente.
– Si un médico de atención primaria o de cabecera considera que las infecciones de un paciente exceden el rango normal, debería considerar la derivación del paciente a un especialista alergólogo o inmunólogo.