La depreciación del peso y, por consiguiente, el alza del dólar (oficial) “tendría que acelerarse” por razones económicas centrales y no sólo por el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que obliga al Gobierno a plantear un escenario en el que la devaluación debe seguir la inflación”, anticipó Eliana Scialabba, directora Ejecutiva del Centro de Estudios Económicos Argentina XXI (CeeaXXI).
En diálogo con Comercio y Justicia, subrayó que el manejo del tipo de cambio por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) “tiene relación directa con el problema de las importaciones”.
“El BCRA ya lo viene haciendo, de hecho”, precisó. “Por ejemplo, en marzo devaluó a 48% anual, en abril lo viene haciendo a 53% anual. Acá, más que a los ahorristas, hay que mirar a los importadores. En marzo las exportaciones crecieron a 28,5% interanual pero cuando uno mira detenidamente, el aumento se debe todo al efecto suba de precios internacionales. En cambio, cuando uno observa las importaciones, que crecieron 33% interanual, encuentra un fuerte efecto en cantidades”, dijo.
“El Gobierno no tiene mucho más margen para controlar las importaciones porque podría detener el rebote económico, y ya hay autopartistas advirtiendo de que si no les habitan divisas van a tener que frenar la producción y despedir a personal”, reveló la economista.
“Independientemente de lo que pase con el tipo de cambio real, la depreciación tendría que acelerarse, no sólo ahora sino siempre acompañando la inflación. El problema es que tenemos una dinámica en el cambio de los precios relativos que se da con la aceleración de la depreciación. Esa dinámica favorecería a los generadores de divisas dando aire a la demanda importadora si el Gobierno no impusiera tantas restricciones”, explicó.
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