Florencia G. Rusconi (*)
El clima como factor a considerar en una confrontación bélica siempre ha desempeñado un rol importante. Bastaría recordar el papel jugado por la tormenta que diezmó la Armada Invencible en 1588, favoreciendo a Inglaterra, o el invierno ruso y su papel en la derrota del ejército napoleónico en el siglo XIX y el alemán en el XX.
En el marco de la guerra en la región ucraniana del Donbás (en el este de Ucrania) entre Kiev y separatistas prorrusos, la raspútitsa ha vuelto a llamar la atención ante el aumento de las tensiones entre Rusia y Ucrania desde finales de 2021.
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