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Un mal estado nutricional puede incrementar las complicaciones de la enfermedad oncológica, el riesgo de infecciones y la frecuencia de internación. Además, suele generar pérdida de musculatura y debilidad, aspectos que atentan contra la autonomía del paciente.
Los especialistas destacan que realizar un diagnóstico temprano y oportuno del estado nutricional permitirá intervenir no sólo para optimizar los resultados del tratamiento del cáncer sino para mejorar la calidad de vida del paciente. Es frecuente que las personas que desarrollan un cáncer pierdan peso significativamente en algún momento del tratamiento de su enfermedad. Sin embargo, tal vez no esté adecuadamente difundida la relevancia del estado nutricional del paciente oncológico ni la influencia que la nutrición puede tener en su tratamiento.
Se estima que la prevalencia de malnutrición en cáncer oscila entre 15% y 40% al momento del diagnóstico, y que alcanza hasta 80% en estadios avanzados de la enfermedad.
En Argentina, en 2020 se descubrieron 126.818 nuevos casos de cáncer, de los cuales 22.024 correspondieron a cáncer de mama (16,8% del total), 15.895 a colorrectal (12,1%) y 12.110 de pulmón (9,3%), dividiéndose el resto entre otros tipos de tumores menos frecuentes.
El de la desnutrición es un aspecto particularmente relevante porque puede disminuir la respuesta o tolerancia a los tratamientos oncológicos, incrementar eventuales complicaciones posoperatorias y aumentar el riesgo de infecciones, pero además genera una mayor frecuencia de internaciones, lo que ocasiona -a su vez- un aumento de los costos en salud.
Según los especialistas, es clave abordar el problema de la malnutrición en los pacientes oncológicos. El primer paso es identificarlo, idealmente al momento del diagnóstico de la enfermedad, para de este modo iniciar un abordaje precoz.
“Existen herramientas para cuantificar el estado nutricional tanto en pacientes hospitalizados como ambulatorios, a partir de indicadores objetivos como pérdida de peso, modificaciones en la ingestión alimentaria, cambios en la capacidad funcional y síntomas digestivos, además de los signos físicos que identifique el equipo médico, que permiten llegar a un valor total que determina si el paciente está bien nutrido o moderada o severamente desnutrido, lo que da la pauta del grado de intervención nutricional necesario”, explicó la licenciada Agustina Senese.
La Sociedad Europea de Nutrición Parenteral y Enteral (Espen), en sus últimas guías sobre soporte nutricional en el paciente oncológico, recomienda que debe valorarse el riesgo nutricional en todos los pacientes en forma periódica y desde el diagnóstico de la enfermedad.
De todos modos, aclaró la doctora María Pía Domínguez: “Está bien establecido que suele ocurrir una disminución de la ingestión de alimentos, muchas veces porque la enfermedad interfiere de forma mecánica con el tránsito normal del tubo digestivo. El ejemplo más claro son los tumores localizados en el tubo digestivo (faringe, esófago, estómago y páncreas), que provocan obstrucción de forma directa o sensación de saciedad precoz por limitación de capacidad gástrica. Es aquí donde tenemos que pensar en intervenciones nutricionales que le faciliten la ingestión a este paciente y a la vez lo nutran ayudándolo a recobrar su peso”.
“Hoy contamos con alternativas nutricionales disponibles que contribuyen a aportar los nutrientes que el paciente necesita, en términos de calorías y proteínas, contribuyendo a revertir la pérdida de masa muscular y fortaleciendo su estado nutricional general”, señaló Senese.
Las intervenciones nutricionales se proponen así como complemento de los tratamientos oncológicos, ya que la malnutrición es un indicador independiente de mala respuesta al tratamiento y de disminución de supervivencia. Pero, además, la malnutrición disminuye la calidad de vida: los pacientes ven disminuida su masa muscular y su fuerza. Esa fragilidad progresiva puede ir dificultando su capacidad de pararse o desplazarse por sus propios medios, resignando autonomía y esto, además, tendrá efectos en el plano psicológico, pudiendo inducir o intensificar síntomas depresivos.
Campaña mundial contra el cáncer
El 4 de febrero se conmemora el Día Mundial de Lucha contra el Cáncer. Diferentes organizaciones nucleadas en la Unión Internacional para el Control del Cáncer trabajarán durante los próximos tres años para mejorar los servicios de cuidado de las personas afectadas por esa dolencia.
En la ciudad de Buenos Aires se iluminarán la Floris Genérica y la Torre Monumental para generar conciencia en la población sobre la importancia de la prevención, la investigación y los tratamientos oncológicos.
Cáncer con Ciencia de la Fundación Sales, miembro adherente de la Unión Internacional para el Control del Cáncer (UICC), participa activamente en la campaña mundial que comenzará mañana, que tiene como lema #PorUnosCuidadosMásJustos
Con una duración de tres años, las acciones se centrarán en la concientización y en el pedido a las autoridades gubernamentales de cada país para que trabajen y mejoren el acceso a la salud de los pacientes con cáncer.
Según el relevamiento realizado por la UICC, 50% de la población mundial carece de acceso a los servicios esenciales de salud. En relación con el cáncer, a muchas personas se les niega la atención básica a pesar de los avances en prevención, diagnóstico y tratamiento que existen.
Los ingresos, la educación, la localización geográfica y la discriminación basada en raza, género, orientación sexual, edad, discapacidad y estilo de vida son algunos de los factores que pueden afectar negativamente la atención. Esta desigualdad está costando vidas. Por este motivo, las acciones se centrarán en reconocer y cuestionar esta inequidad.
Durante 2023 se trabajará en la generación de alianzas para explorar ideas innovadoras que permitan mejorar el acceso a la salud. Finalmente, como cierre, en 2024, se instará a los líderes mundiales a que trabajen en un plan concreto y a largo plazo que mejore la situación de los pacientes oncológicos.
Acciones en Argentina
Cáncer con Ciencia de Fundación Sales y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires acordaron iluminar la Floris Genérica -ubicada en la avenida Figueroa Alcorta al 2300, y la Torre Monumental (ex Torre de los Ingleses) ubicada en avenida Ramos Mejía 1315- de color naranja para llamar la atención de las personas y generar conciencia sobre la importancia de la prevención, la investigación y los cuidados de los pacientes con cáncer.
Por otra parte, en línea con el llamado de la UICC #PorUnosCuidadosMásJustos, Cáncer con Ciencia continúa desarrollando los encuentros de autocuidado, espacio gratuito de contención y comunidad tanto para pacientes de cáncer como para su entorno. “En los talleres se trabaja con una mirada integral sobre la persona: nos preocupamos por contener a los pacientes y su entorno. Estos grupos gratuitos buscan generar comunidad, es decir, que se construya la comunicación entre pares, entre iguales, entre situaciones que los afligen, y constituye un aprendizaje individual y grupal, siempre con la guía de las psicooncólogas”, explica la licenciada en psicología y psicooncóloga Mónica Chaves, coordinadora de estos encuentros.
Para participar de los grupos de autocuidado ingresar a FB @cancerconciencia.argentina y IG: @cancerconciencia.arg
