Los principales resultados indican que, de los jóvenes entre 20 y 25 años, 41% estudia y el 59 % restante no. En lo que respecta a ocupación, hay mayor porcentaje de jóvenes que trabaja entre los que no estudian.
Si bien es cierto que, lamentablemente, muchos niños y adolescentes en edad escolar se encuentran fuera del sistema educativo, para la mayoría de los menores de 18 años la educación primaria y secundaria tiene el status de “obligatoria” (sea por ley o por exigencias parentales). En el lado opuesto se encuentra la educación superior (terciaria o universitaria), la cual es más bien de carácter voluntario, es decir, en general es el propio joven el que decide encarar este tipo de estudios.
Estos datos se desprenden de un informe realizado por el departamento de Research de la central de medios argentinos EPM Gustavo Quiroga. La investigación se realizó en el marco del Día del Estudiante en ciudades de Argentina con más de 50 mil habitantes. Se analizó un target de hombres y mujeres de 20 a 25 años de todo nivel socioeconómico.
En este contexto, según la encuesta, de los jóvenes de entre 20 y 25 años, 41 por ciento estudia (sólo se consideraron carreras oficiales terciarias o universitarias) y el 59 por ciento restante no lo está haciendo.
De esta manera, estudia 76 por ciento de los individuos de nivel socioeconómico (NSE) alto y 52 por ciento de los de nivel socioeconómico medio; mientras que entre los jóvenes de NSE bajo el porcentaje desciende drásticamente a 21 por ciento.
En cuanto al sexo, hombres y mujeres estudian en igual proporción: 39 por ciento. Así, Buenos Aires/Córdoba, Cuyo/NOA y Litoral son las regiones del país con mayor porcentaje de jóvenes estudiantes: 51 por ciento, 43 por ciento y 62 por ciento, respectivamente. Por su parte, según la investigación, es llamativa la proporción de individuos de entre 20 y 25 años que cursan estudios superiores en las regiones Sur (68 por ciento) y AMBA -Área Metropolitana de Buenos Aires- (73 por ciento).
Entre el trabajo y el estudio
Entre los jóvenes que estudian, son mayoría los que no trabajan (67 por ciento), mientras que entre los que no estudian trabaja la mayoría de ellos (66 por ciento). De esto último se desprende que los jóvenes de entre 20 y 25 años que no estudian, 34 por ciento de ellos tampoco tiene trabajo.
Exposición a los medios
Independientemente de si estudian o no, la exposición de los jóvenes a la mayoría de los medios masivos es similar. Sin embargo, existen diferencias notables en lo que se refiere a diarios del domingo, revistas mensuales, televisión por cable, cine e Internet, sistemas con mayor penetración entre los jóvenes estudiantes. Por su parte, los que no estudian tienen más afinidad con la televisión abierta y la radio AM.
Por otra parte, existen hábitos que son comunes entre los jóvenes que estudian como entre los que no lo hacen, y otros que son más propios de un grupo que de otro. A pesar de ello, los jóvenes estudiantes parecen tener una vida muchísimo más activa que aquellos que no estudian. Entre las actividades frecuentes que realizan los jóvenes se encuentran: reunirse con amigos, escuchar música, salir a tomar algo, ir a bailar, leer libros y salir a caminar.
Los dos grupos de jóvenes también se diferencian entre sí por sus expectativas a corto plazo. Entre los eventos que esperan vivir los estudiantes en los próximos 12 meses se encuentran: comprar su primer automóvil, empezar su primer trabajo o cambiar el que ya tienen. Entre los que no estudian las expectativas pasan por cambiar de trabajo, terminar la secundaria, empezar la universidad y casarse.
En síntesis, según la investigación, “cargar libros o no” puede llegar a decidir estilos de vida muy diferentes. Pero es interesante destacar que, consultados sobre el grado de acuerdo con la frase “Estoy muy satisfecho con mi estilo de vida”, entre los jóvenes estudiantes 62 por ciento manifestó estar completamente o algo de acuerdo, mientras que entre los que no estudian el porcentaje llegó sólo a 49 por ciento.