La confianza de los consumidores argentinos cayó 3,1 por ciento este mes respecto a agosto, pero en lo que va del año se mantiene 22 por ciento por encima del mismo período de 2009.
La caída intermensual del indicador se debió principalmente a la incidencia de un fuerte aumento, de 9,7 por ciento, en el pesimismo de los sectores económicamente más vulnerables, los cuales más sienten el peso de la inflación.
Así lo precisó ayer el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) que confecciona el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella, el cual presentó un comportamiento heterogéneo entre las distintas regiones del país.
El indicador cayó 6,5 por ciento en el Gran Buenos Aires en la medición realizada este mes, mientras que aumentó 1,7 por ciento y 0,8 por ciento en la Capital Federal y en el interior del país, respectivamente.
Guido Sandleris, director del Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad, dijo que la confianza de los consumidores más pobres disminuyó 5,1 por ciento debido, principalmente, a que el pesimismo sobre la situación macroeconómica esperada para el corto plazo se hundió 9,7 por ciento.
Como contrapartida, la confianza de los consumidores económicamente más pudientes se recuperó 2 por ciento, impulsada por un aumento de la predisposición para la compra de electrodomésticos, que mejoró 6,3 por ciento.