En Estados Unidos, la administración de Joe Biden excarceló y envió a Marruecos a un detenido alojado en la cárcel militar de Guantánamo (Cuba).
Se trata de la primera repatriación de un recluso bajo la actual presidencia demócrata.
Con la salida del marroquí Abdul Latif Nasir, de 56 años, del penal de la base naval situada en la bahía cubana, el número de detenidos se reduce a 39.
En su país, Nasir afronta cargos por la posible comisión de delitos de terrorismo.
A mediados de mayo, el gobierno de Biden aprobó que varios detenidos fueran trasladados a los países que se comprometan a imponerles medidas de control. Uno de ellos es Nasir. Otro que tiene el visto bueno para abandonar el polémico centro de detención es el prisionero de más edad en el penal, el paquistaní Saifullah Paracha, de 73 años, quien lleva 16 años bajo custodia de Estados Unidos.
Según un comunicado del Pentágono, la Junta de Revisión Periódica de Guantánamo (PRB, por sus siglas en inglés) determinó en 2016 que la detención del marroquí bajo la ley estadounidense de guerra ya no era necesaria por no constituir una amenaza para la seguridad nacional.
Según un comunicado del Pentágono, la Junta de Revisión Periódica de Guantánamo (PRB, en sus siglas en inglés) determinó en 2016 que la detención del marroquí bajo la ley estadounidense de guerra ya no era necesaria por no constituir una amenaza para la seguridad nacional.
La PRB es el organismo instaurado bajo la presidencia de Barack Obama, en 2011, que dictamina si los detenidos de Guantánamo pueden ser liberados, repatriados a sus países o si deben continuar recluidos. Guantánamo se concibió hace casi 20 años, en enero de 2002, para evitar que los llamados “combatientes enemigos”, capturados en la dominada “guerra contra el terrorismo” de la administración de George W. Bush después del 11 de septiembre, pudieran acogerse a las leyes estadounidenses.