ESCUCHARDurante 2020, la demanda de comidas congeladas preparadas aumentó sus ventas casi 60% en el país, principalmente impulsada por la pandemia y las restricciones de la cuarentena, entre otros factores.
Así lo reveló un informe reciente realizado por la consultora especializada en estudios de mercado Scentia, publicado por Frizata, la foodtech con la mayor variedad en la categoría de la región, en el marco de un repaso por las claves de este mercado que crece fuertemente en Argentina y la celebración del día de los alimentos congelados, que se conmemoró el pasado día 6.
“Si bien la tendencia indicaba que el futuro de los alimentos era online, hasta el año pasado en la Argentina el e-commerce aún tenía una penetración baja. La coyuntura aceleró estos cambios y la góndola se volvió virtual: el argentino descubrió una categoría y entendió que puede encontrar variedad, productos saludables y buen precio”, explicó Adolfo Rouillon, cofundador de Frizata.
Así, la coyuntura potenció el modelo de negocio de esta empresa, que cuenta con alrededor de 70 productos congelados; la cual, durante los primeros siete meses de restricciones, multiplicó sus ventas por 15. En mayo, en plena cuarentena, llegó a superar 800 pedidos por día.
Vale destacar que en el mundo, el mercado de alimentos congelados está fuertemente consolidado, sobre todo en Europa y Estados Unidos.
“Si bien Argentina aún está lejos de las estadísticas de consumo de otros países, el sector está viviendo una fuerte transformación”, dijo la firma.
Historia de los congelados
El 6 de marzo de 1930 marcó un antes y un después en la industria de la alimentación, ya que ese día, en una tienda de Massachusetts, Estados Unidos, se vendieron al público los primeros productos conservados en un freezer.
Este primer paso lo dio la tienda Davidson’s Market and Bakery, con 27 tipos distintos de productos congelados, desde verduras hasta frutas y pescados. A partir de ahí, se creó la categoría de alimentos ultracongelados.
El día de éstos se estableció formalmente en 1984, cuando el entonces presidente de EEUU Ronald Reagan decidió que el 6 de marzo sería conocido como el “Frozen Food Day”, para así fortalecer los méritos de la industria en ese país.
El creador de este método fue el estadounidense Clarence Frank Birdseye II, considerado el fundador de la industria moderna de alimentos congelados. Esto se le ocurrió en 1915, mientras realizaba un trabajo de campo en el Ártico: su secreto estuvo en la congelación rápida a temperaturas mucho más bajas que las que se practicaban hasta ese momento. Esto produce cristales de hielo más pequeños, que dañan mucho menos los tejidos de los alimentos. Así, logró conservar su textura y aspecto originales, así como todas sus propiedades. Como el proceso de ultracongelación es muy rápido, los nutrientes quedan intactos.
En el caso de Frizata, el método que utiliza es el de la ultracongelación, que puede llegar hasta menos 46 grados. “Este proceso se realiza en menos de 30 minutos, mientras que en un freezer hogareño se congela de manera más lenta a menos 18 grados. Como el proceso de ultracongelación es muy rápido y las estrellitas o cristales son mucho más pequeñas, no se daña la estructura del alimentos”, explicó Rouillon.
