martes 26, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Momento de reflexiones…

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Por Agustín Arreguy*

Dada la fecha del año, haremos algunos comentarios y consideraciones sobre la situación actual de los mercados y concretamente sobre nuestro país.

Entre las diferentes alternativas de inversión locales para lo que fue un 2020 por demás complicado, me gustaría destacar el desempeño del fondo Adcap Balanceado. Al ser un fondo en pesos de renta mixta inaugurado a mediados de 2019 bajo el objetivo implícito de ganarle a todo (cuando decimos todo nos referimos a tasa de interés, inflación y dólar), podemos decir que nuevamente cumplió con sus objetivos de crecimiento y rentabilidad. El dólar ha sido desde su nacimiento el rival más difícil, y terminaron el año en rendimientos similares, lo cual no deja de ser un éxito. ¿Cuántas inversiones en pesos pueden decir lo mismo? Más allá del número final, también importan los procesos, y en el camino el fondo Balanceado tuvo varias dificultades que supo sortear, incluso de índole regulatorio. Con todo esto, alcanzó 250 millones de pesos bajo administración.

Al pasar a los mercados internacionales, valen destacar los conceptos e ideas que el especialista Leonardo Chialva compartió días atrás en una reunión virtual en la que se ahondó sobre el contexto internacional y cómo éste puede beneficiar a nuestro país a raíz   de los efectos favorables para los mercados emergentes que estamos viviendo.

Una de esas ideas es la suba actual del mercado estadounidense. A muchos les quita el sueño pensar hasta dónde llegará. Una parte de los analistas nos inclinamos a imaginar que los mercados no bajarán mientras exista la extrema liquidez inyectada por los bancos centrales, hoy de más de 22 trillones de dólares.

Para resumirlo rápidamente, tenemos que tener en cuenta que toda esta liquidez hace que se debiliten las monedas centrales, principalmente el dólar. En ese contexto, los principales beneficiados son los mercados emergentes, en los que Argentina increíblemente aún se encuentra (en el fondo de la tabla, pero aún en el campeonato). Tal como destacaba Chialva, creo que ése es el principal driver emergente de este 2021. Puede dejarnos más tranquilos la última carta a los inversores de Jeremy Grantham (GMO), en la que se manifiesta a favor de las acciones de Valor por sobre las de Crecimiento y en favor de emergentes por sobre acciones estadounidenses. 

Pese a todo lo anterior, creo que todavía hay un riesgo en la exuberancia de los mercados de acciones estadounidenses. Bob Farrell, un veterano de Wall Street que estudió con Benjamin Graham y David Dodd para luego incursionar en los primeros estudios sobre sentimiento y psicología de los mercados, elaboró 10 reglas de inversión. La séptima regla dice: “Los mercados son más fuertes cuando las subidas son para todos los valores y débiles cuando las alzas se reducen a un puñado de valores de primer orden”. Nos lleva automáticamente a pensar en la suba actual del índice Standard & Poor’s 500 (S&P500). Precisamente sobre este tema se está escribiendo mucho en los últimos días y hay numerosas pruebas acerca de que dicha suba sólo se la debemos a las FAANG (las empresas más grandes y dominantes en la industria de tecnología de la información de  Estados Unidos, a saber, Amazon, Apple, Google, Facebook y Microsoft), ya que, si bien el resto del mercado se recuperó, nunca lo hizo al ritmo de las primeras.

Sin embargo, el desenlace podría ubicarse entre dos escenarios posibles: en el primero de los casos los mercados rotarían hacia los demás sectores, y es aquí donde funcionaría nuestra teoría de ir hacia acciones de valor, permitiendo así que los índices sigan subiendo impulsados por los sectores más rezagados. En este plano se encuentran varios emergentes, en el que China especialmente quedó llamativamente atrás si miramos las subas desde el 30 de noviembre, pero destacándose Brasil en el mismo período.

En el otro escenario, nos sería útil recordar la segunda regla de Farrell: “Los excesos en una dirección darán lugar a un movimiento opuesto en la otra dirección”, algo así como la tercera ley de Newton: “Por cada acción hay una reacción igual y opuesta”. Hay acabada evidencia que indica que las valuaciones de las FAANG son por demás exuberantes, y si esto resulta ser una burbuja y explota, puede arrastrar desde ese momento al resto del mundo. Las valuaciones de muchas compañías tecnológicas suponen un riesgo para los mercados, aunque pueda sonar lejano.

¿Qué decir de nuestro país que no sepamos todos? Un informe Consultatio mostraba días atrás que el PBI per cápita argentino creció sólo 5% en los últimos 40 años, cuando en el mismo período Sudamérica creció 27% en promedio, a excepción de Venezuela, con un lapidario -74%. 

Más allá del corto plazo, lo grave del rumbo de fondo es la debilidad del crecimiento argentino o su poca sostenibilidad. Al respecto, me gustaría destacar que está por demás probado que bajo el rumbo económico de largo plazo que mantiene nuestro país, no obtendremos buenos resultados.

El mundo está haciendo todos los deberes para que a Argentina le vaya bien; ahora queda saber si nosotros haremos nuestra parte. Emitir, aumentar el gasto público, controles de precios, intervención de tipo de cambio, aumento de impuestos, etcétera, son políticas sobradamente probadas en el mundo. La historia económica nos enseñó que esas medidas tarde o temprano llevan a desenlaces infructuosos. Aquí cabe citar a John Templeton, una de las mentes más brillantes en la historia de las inversiones: “Las cuatro palabras más caras en este mundo son: Esta vez es diferente”…

*Jefe de Estrategia en Dracma SA

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