La espera de la vacuna contra el covid-19 tiene al mundo en vilo, pero pese al trabajo constante de los científicos y a las millonarias inversiones, la inyección salvadora no es una poción mágica y no se pueden forzar los tiempos.
Lo confirmó la Agencia Europea de Fármacos (EMA), que señala que se deberá esperar a la primavera boreal de 2021 para la llegada de la vacuna. Ese organismo calificó como “imposible” la disponibilidad de ésta al término de 2020.
“Pensamos y confiamos en que las primeras dosis importantes para las poblaciones en riesgo podrían llegar en la primavera de 2021”, explicó el director Ejecutivo de EMA, Guido Rasi, quien agregó que desde ese momento la disponibilidad de las dosis irá aumentando muy rápidamente.
Sin embargo, el suministro de la vacuna no significará una salida inmediata de la epidemia ni un relajamiento en las medidas para el uso de barbijos y el distanciamiento social.
“Será solo el comienzo del fin de la pandemia, no el final -agregó Rasi-, significará que sólo después de un año de tener la vacuna a disposición veremos disminuir la pandemia de manera importante”.
Según el experto, a partir de la inoculación en las primeras franjas de la población previstas harán falta al menos seis meses para ver su eficacia y rendimiento en la práctica real, cuántas personas responden a la vacuna, cuán intensa es y cuánto dura la protección.
Rasi subrayó también que probablemente habrá más vacunas: “Ya hay dos en fase de preobservación, y probablemente esta semana llegará una tercera”.
Se espera que, si no hay inconvenientes, en los primeros meses de 2021 pueda haber tres inmunizaciones aprobadas por el organismo europeo. Pero los expertos destacan que ese plazo sólo podrá cumplirse si todo se presenta sin errores u obstáculos.
Cabe recordar que el viernes pasado el laboratorio Pfizer informó que prevé pedir autorización para su vacuna anticoronavirus en la tercera semana de noviembre. La compañía está lista para solicitar el procedimiento de emergencia a la Administración de Medicamentos y Alimentos, la FDA estadounidense, si resultan positivos los datos de los experimentos de este mes.
En tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la última actualización de la tabla sobre la experimentación de las vacunas en todo el mundo (con fecha 15 de octubre) listó 42 vacunas candidatas en fase clínica, de las cuales 10 están en fase 3, es decir en la etapa de la verificación de la eficacia de la vacuna y descarte de efectos secundarios graves.
A finales de la semana pasada, la jefa de científicos de la OMS, la india Soumya Swaminathan, afirmó que la población joven tendrá que esperar hasta el año 2022 para recibir la vacuna, ya que la producción inicial deberá destinarse a los grupos de riesgo más alto.
“La gente piensa que el 1 de enero habrá una vacuna y que las cosas volverán a la normalidad, pero las cosas no serán así. Nadie jamás produjo vacunas en los volúmenes que se necesitarán, así que en 2021 esperamos tenerla pero en una cantidad limitada”, aclaró Swaminathan, durante una conferencia de prensa.
“Una persona joven y saludable tendrá que esperar hasta 2022 para ser vacunada”, sostuvo.
En ese sentido, se prevé que los primeros inmunizados sean los trabajadores de la salud, quienes están en la primera línea de la lucha contra la pandemia, y luego los ancianos y personas más vulnerables.
“Hasta que no tengamos los resultados de la fase 3 no sabremos cuáles y cuántas de esas vacunas serán seguras, efectivas y protegerán por un periodo largo”, comentó Swaminathan.
“Nada debe comprometer los resultados que se obtengan porque se trata de vacunas que serán utilizadas en miles de millones de personas, así que necesitamos estar totalmente seguros de que es la decisión correcta”, concluyó.
Para los proyectos más avanzados, la investigación y la aplicación clínica son los siguientes pasos relativos a los medicamentos con que se trata a los pacientes con coronavirus.
La EMA afirma al respecto que está “muy cerca” la posibilidad de comenzar a usar los anticuerpos monoclonales, los que al parecer se usaron en la Casa Blanca.
China, por su parte, mantiene su propia agenda en el desarrollo del medicamento para combatir el coronavirus. La ciudad oriental de Jiaxing propuso a algunos de sus habitantes aplicarse una vacuna experimental por un costo de 60 dólares, la primera operación de esta envergadura en el país cuna de la pandemia.
Los residentes de entre 18 y 59 años en situaciones “urgentes” pueden acudir al hospital para una posible administración de la vacuna de la empresa privada Sinovac Biotech, por un costo total de 400 yuanes, según informaron agencias de prensa.
El centro de Jiaxing para el control y la prevención de enfermedades no especificó qué se consideraba situación “urgente”, así como tampoco precisó cuántas personas recibieron la inoculación, que viene en dos dosis que se administran con hasta 28 días de diferencia.
China ya usó otra vacuna experimental en cientos de miles de trabajadores esenciales en puertos, hospitales y otras áreas de alto riesgo en todo el país, según las autoridades.
Pese a que 11 vacunas originarias de este país empezaron ensayos clínicos -cuatro de ellas, avanzados, de fase tres, entre ellas la de Sinovac-, ninguna fue aprobada para su comercialización.
El gobierno aprobó algunas de las vacunas candidatas para uso de emergencia y aseguró que no se habían registrado reacciones adversas “graves”.
en contraste con la postura de la EMA y la OMS, las autoridades sanitarias chinas dijeron el mes pasado que su país espera poder producir 610 millones de dosis para fin de año y que tendrían un precio accesible.