Si bien el coronavirus no afectó la trilla y los rendimientos estuvieron en torno a los de la campaña anterior, tres de cada cuatro productores prevén que tendrán resultados inferiores debido a la baja en los precios internacionales y a las mayores retenciones
La confianza del productor agropecuario volvió a ubicarse en niveles de pesimismo, según la nueva edición del índice Ag Barometer Austral, elaborado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
Así, luego de la marcada caída que se registró en septiembre pasado, con posterioridad a las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) que anticiparon el triunfo de Alberto Fernández en las urnas, la confianza total fue en descenso y en abril se ubicó en un valor de 52, muy similar al mostrado en enero, el piso de la serie.
“Los productores se ven peor financieramente que un año atrás y tampoco tienen demasiadas expectativas respecto a lo que pasará de aquí a doce meses”, se indica en el relevamiento difundido ayer.
En efecto, el detalle del trabajo refleja que, si bien la pandemia de coronavirus no afectó sustancialmente la trilla ni la logística de granos -ya que los problemas de transporte al inicio de la cuarentena fueron resueltos- e incluso los rendimientos esperados son similares a los de la campaña anterior, tres de cada cuatro productores prevén resultados económicos inferiores a los esperados debido a la baja en los precios internacionales y a la suba en el país de los derechos de exportación.
También señalan la brecha entre el dólar oficial, al que el productor liquida su producción, y el dólar al que pueden reconvertir a dólares los pesos que les quedan de liquidez, lo que
supera 70%. “Esto se toma como una señal de atraso cambiario y junto con los precios bajos lleva a demorar el mayor tiempo posible la decisión de siembra”, subrayan.
En este sentido, la crisis generada por la llegada del Covid-19 parece haber hecho cambiar de planes a los productores. Así, 64%de los consultados plantea postergación de inversiones y restricción de gastos. “El cambio implica una especie de wait and see (esperar para ver), apelando a un comportamiento más bien defensivo a la espera de la salida de la pandemia”, indican.
En tanto, 28% sugiere que las decisiones de inversión y gasto no se verán afectadas. Sólo 9% de los productores ve una oportunidad en medio de la pandemia y, dentro de estas oportunidades, 28% identifica ventajas crediticias, 25% promociones en insumos y 31% otras oportunidades de negocios.
Por su parte, el Índice de Condiciones Presentes (que incluye la situación financiera actual comparada con la de un año atrás, y la oportunidad para realizar inversiones en activos fijos) se recupera levemente respecto al mínimo histórico de enero 2020, aunque sigue muy negativo, con un valor de 50.
En cambio, el Índice de Expectativas Futuras es el que “más dramáticamente ha caído desde su máximo en julio 2019, y es altamente preocupante ya que desde los comienzos de la medición siempre había sido positivo (mayor de 100), aun cuando el Índice Presente fuera negativo”, destaca el reporte.
Esto no ha logrado recuperarse en esta edición, por el contrario, muestra los valores mínimos de la serie: un valor de 54 (notoriamente por debajo de 100, que representa el nivel de neutralidad).
Cambios con la pandemia
Consultados respecto del funcionamiento que registraron durante la cuarentena, 82% de los productores indicó que fue habitual en cuanto a trilla y logística, mientras que 18% indicó que la actividad se ha visto afectada por restricciones menores en el transporte al inicio de la cuarentena, que ya fueron resueltas. De entre ellos, 22% indicó que los inconvenientes fueron dificultades para conseguir maquinaria y contratistas; y 15% indicó que no pudo enviar carga a puerto desde su zona.
Producción de granos y ventas
Al preguntárseles sobre el destino de la producción, 28% indicó que deberán vender más de 80% de la de granos antes de julio, a fin de cubrir sus compromisos de cosecha. En tanto, 32% de los productores plantea que necesitará vender menos de la mitad y 40% venderá entre 50% y 80% de lo producido.
Por su parte, 56% de los productores planea usar el excedente de producción para comprar insumos, 30% indica que lo almacenará sin precio fijo y sólo 12%, que hará inversiones en capital físico.