lunes 25, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Coronavirus: nace el healthfare

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Por Santiago Martin Espósito y José Emilio Ortega (*)

Entre los pasados días 9 y 13 sucedió la semana bursátil mas “negra” desde 2008

La semana entre el 9 y el 13 del corriente mes fue la peor desde 2008. El pico llegó después de la suspensión de viajes desde Europa decidida por Donald Trump para EEUU. El jueves 12 la bolsa española sufrió una debacle: cayó 14,06%. Otras bajas se produjeron en Milán, 16,92%; y Frankfurt, 12,24%; en Wall Street, el Dow Jones perdió 9,99%, el S&P 500 9,51% y el Nasdaq 9,43; San Pablo bajó 14,78%; Buenos Aires, 9,76%; París, 12, 28% y Londres, 10,87%.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) calcula pérdidas de 113.000 millones de dólares (hace tres semanas habían calculado US$30 millones), y podría ser una cifra mayor. Hoy representa una merma de entre 11% y 19% en el transporte de pasajeros. Los precios de las acciones de las aerolíneas cayeron casi 25% desde que comenzó el brote.
La Organización Mundial del Turismo (OIM) anticipa una retracción global del sector en 3% para 2020; unos 30 mil millones a 50 mil millones de dólares. Las agencias de viaje en Argentina señalan una caída de 40% de las ventas en enero y febrero. Al coronavirus se le suma el impuesto PAIS.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que la previsión del crecimiento mundial para 2020 -3,3%- podría recortarse entre un 0,1% y 0,2% por el coronavirus. China proyectó 6%, pero ahora oscila entre 5 ó 4,5%. El lunes 9 cayó 31% el precio del petróleo, luego equilibrado en 20%. Dos razones: la oferta de descuentos y la decisión de aumentar la producción por parte de Arabia Saudita y la menor demanda china por el Coronavirus. El Banco Mundial (BM) estima que el costo de una pandemia de gripe grave puede ascender a 5% del PBI mundial.
Nos estamos enfocando sólo en los mercados. Corre por cuerda separada el terror mediático al que están siendo sometidos los ciudadanos, que finalmente impone una agenda a los gobiernos obligando al inmovilismo -costará cuantiosas sumas a los Estados, más de 30.000 millones de euros en Reino Unido, o 20.000 en España, para poner ejemplos-.

Epidemias y pandemias
Finalmente, la Organización Mundial para la Salud (OMS) decretó “pandemia” -epidemia que afecta a un grupo amplio de países- el martes 10. Al momento de la declaración, los infectados superaban 120 mil, y las muertes rondaban los cuatro mil casos. Noventa por ciento de los contagios, se había producido en cuatro países, en dos de los cuales (China y Corea del Sur) está controlada la enfermedad (reducción de casos nuevos). Al día de la declaración, 81 estados no reportaban casos, y 57 habían registrado menos de diez contagios comprobados.
Dada la analogía entre el Covid-19 y otros virus gripales, vale comparar estos guarismos con pandemias anteriores. La más grave, la gripe española -fines de 1917 a fines de 1919- fue contraída por 500 millones de personas, es decir, uno de cada tres personas para aquella población del mundo. Su mortalidad fue de entre 40 y 50 millones de personas, cerca del 2,5% del total mundial. La mitad de ellos, adultos jóvenes (entre 20 y 40 años). Nos puede facilitar el cotejo, el recordar que en la Primera Guerra Mundial (contemporánea a la epidemia) murieron 17 millones, y en la Segunda, tres décadas después, 60 millones. Cuando la gripe española, en China murieron 30 millones por la enfermedad, aproximadamente el 35% de su población por aquella época. En Argentina, unos 15.000 muertos sobre algo más de 9 millones de habitantes para 1919.
Durante la llamada Gripe Asiática (1957-1958), que afectó a China, Singapur, Hong Kong y fuera de esa región principalmente a los EEUU murieron entre un millón y dos millones de personas. El virus fue aislado rápidamente y se desarrolló una vacuna. Su incidencia fue más baja: inferior al 0,1% del total mundial, pero volvió a afectar principalmente a niños, adolescentes y adultos jóvenes. Diez años después, la denominada Gripe de Hong Kong (1968-1969), infectó al 15% de sus entonces 3,8 millones de habitantes, y ocasionó el deceso de aproximadamente 34 mil personas, fundamentalmente en la región.
Las graves alertas disparadas en el siglo XXI, muestran otros números: SARS (2003), 8.098 posibles casos y 744 muertes en todo el mundo. Gripe porcina/ Gripe A (2009), 622.000 diagnosticados -se dejan de computar en la semana 31-, con una mortalidad de 18.337 aproximadamente, conjurada en apenas 67 semanas, iniciándose luego investigaciones acerca de la razonabilidad de adquisiciones multi/mil/millonarias de un medicamento de venta monopólica que en gran parte de su cuantía, tuvo que ser descartado por innecesariedad de utilización.
La gripe estacional “tradicional” (influenza A y B) deja como saldo, todos los años, entre 300 y 650 mil muertos, en general grupos de riesgo bastante parecidos a atacados por el Covid-19. Se afirma científicamente que entre 10% y 20% de la población del mundo se afecta por la influenza común -con variedad en su intensidad-, y que los enfermos graves llegan a 5 millones. En un país demográficamente similar al nuestro como España, el sistema de vigilancia de la gripe estima medio millón de contagios anuales. Pero nadie parece poseer un segundo de su tiempo en favor de comparar y tranquilizar. O si ese alguien existe, nadie quiere escucharlo.
Algunos apostaron por paralizar al mundo. Lo están logrando. El daño económico, social y político es muy grande ¿Cómo entender las causas? Serán tan abstractas como sus ejecutores. Como si el destartalado Cadillac que se llevó a Ignatius hacia la nada misma, lo hubiera traído de vuelta para vengarse de los necios conjurados que lo condenaron, en la célebre novela de Kennedy Toole.
Es el nacimiento del healthfare. Bombardear sin bombas, sembrando angustia, inoculando el peor de los virus: el miedo que doblega voluntades, incluso de quienes pueden transmitir serenidad. Y así, no importa el dengue, el sarampión o los femicidios cada 23 horas: el problema es el coronavirus, que además, paralizará toda actividad. Una suerte de “autocontrol inmanejable”. ¿En qué puede terminar?

(*) Docentes UNC

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