Un grupo de 14 firmas cordobesas conformaron la Cámara de Empresas de Seguridad Electrónica. Confeccionar un registro de instaladores, profesionalizar y controlar la actividad y generar un marco legal-técnico serán sus objetivos.
Con el fin de crear un marco legal y técnico que regule las instalaciones de sistemas de seguridad electrónica en Córdoba, un grupo de 14 empresas formó la Cámara de Empresas de Seguridad Electrónica del Centro (Cesec).
Lograr representación institucional ante organismos públicos y privados, conformar un marco técnico homologado para instaladores y profesionalizar la actividad son los principales objetivos que se fija esta entidad, que quedó formalmente constituida en abril.
“Está integrada por empresas proveedoras de tecnología para la seguridad electrónica, en sus diferentes rubros: fabricación, distribución e integración o instalación de seguridad electrónica, para la protección de personas, bienes o información, tanto en un hecho de amenaza intencional como eventual, para el caso de los siniestros de incendio”, indicó a Comercio y Justicia Gustavo Burcles, presidente de la agrupación.
Si bien el propósito fundacional de la entidad es la unificación de criterios para lograr representación institucional en la sociedad, la consolidación pretende resolver algunas problemáticas de larga data que atacan el sector, como la “disparidad de oferta”, en relación a calidad, prestaciones, experiencia del proveedor y precios.
“Queremos generar un marco legal y técnico para que a la comunidad le llegue un mensaje claro en relación con las pautas que debe tener en cuenta a la hora de elegir un sistema.
Queremos evitar que el cliente se vea confundido por técnicos que ofrecen cosas diferentes que, aunque más económicas, pueden no llegar a cumplir con las condiciones de seguridad necesarias para la propiedad”, explicó Burcles.
Efecto Cromañón
Un punto de inflexión para la actividad fue el incendio ocurrido en el boliche de Buenos Aires en el año 2004. “A partir de la exigencia de organismos competentes, el negocio comenzó a crecer exponencialmente. Aparecieron aceleradamente actores, sin experiencia ni participación, que entraron a jugar con propuestas económicas y -ante el desconocimiento del cliente- se fueron convirtiendo en referentes”, amplió el especialista.
Antes de esta situación, en el rubro específico de detección de incendios había en Córdoba una decena de empresas; Burcles – con una trayectoria de 15 años en la materia- estima que actualmente existen más de 50. “En un campo de mucha especialización es muy difícil que de un día para el otro puedan efectuar instalaciones de este tipo; como las empresas ya existen y en muchos casos son referentes, pretendemos que se capaciten para que juntos podamos trabajar en un marco parejo”, precisó el ingeniero. La situación se extiende a los otros rubros, de monitoreo, instalación de alarma domiciliarias, circuitos cerrados de TV y cámaras, entre otros.
La entidad está formada por empresas de la ciudad de Córdoba pero su proyección es nuclear a firmas de toda la provincia y del centro del país. Entre sus principales acciones creará un registro de técnicos e instaladores de sistemas, que -en forma similar al que funciona en Buenos Aires- buscará el aval de una institución académica. “El cliente -sea una persona física o un banco, museo, etcétera- se encontrará con una persona cuya idoneidad está certificada y, además, gozará de una cierta tranquilidad a la hora de confiar información confidencial para el resguardo de sus bienes”, acotó.
El mercado
Supervivencia vs. permanenciaEl sector se vio resentido entre 2008 y 2009, en el área de instalaciones de seguridad en obras de arquitectura de alta complejidad. “Durante el primer semestre de este año se va a reflotar lo que estaba guardado y en el segundo se van a ejecutar los proyectos”, confió Burcles, quien estimó que, será el sector público el que, principalmente, reactivará la actividad. El monitoreo o instalación de alarmas domiciliarias es un mercado que se mueve en forma permanente -catalizado por el clima de inseguridad- y muestra sus picos en épocas de vacaciones. El servicio crece 35% anual, y 45% en verano, según los referentes.