De origen búlgaro, en menos de dos años sumó más de 8 millones de personas “socias” en todo el planeta, con especial desarrollo en el mundo periférico. Sólo en octubre estará en los mercados pero ya tiene un valor creciente. La acusan de ser “scamcoin”
Por Javier De Pascuale – [email protected]
Se presentó ayer ante la prensa especializada cordobesa -y lo hará ante el público general este sábado en un megaevento en Espacio Quality- una criptomoneda “privada” de origen europeo que ha causado polémica en distintos países pero que asegura haber hecho pie con éxito en Argentina.
OneCoin es una más de las 1.531 divisas digitales creadas en todo el mundo, que circulan o han circulado con distinta suerte. Aunque ésta presenta algunas características particulares: aunque cotiza y tiene un valor creciente, no ha logrado aún circulacion pública en los mercados de criptomonedas o en las bolsas; tiene manejo centralizado por parte de una empresa con sede en Bulgaria; su titularidad no es anónima sino que exige un registro y se presenta al público en general como una comunidad de usuarios de servicios financieros y comerciales con un sistema que, si no es piramidal, se le parece bastante.
“Hay que comprender qué es lo que está pasando a nivel mundial. Hay crisis financieras en casi todos los países. Los billetes se emiten sin control en todo el mundo y por eso las economías más estables son las que más se vuelcan a las criptomonedas, que son el futuro indiscutido. Creamos una que aspiramos sea moneda de reserva a nivel mundial, como hoy lo es el dólar”, explica Alejandro Taylor, “socio y asesor de networkmarketing” de OneCoin y cara visible de la empresa para Argentina y el cono sur del continente.
“Hoy muy poca gente sabe qué son las criptomonedas. Lo que podemos asegurar es que no son una moda sino una tendencia. Y sabemos que en el futuro serán medios de pago”, afirma este especialista en ventas con recorrido por Herbalife y algunas empresas de servicios digitales.
Y eso es precisamente OneCoin. Una plataforma internacional de servicios educativos sobre criptofinanzas, una estructura de ventas que promete multiplicar inversiones en poquísimo tiempo, con jugosas comisiones para quienes se sumen al juego y con un producto que no tiene existencia real en los mercados y ya atrapó a más de 8 millones de socios en todo el mundo y a 42 millones de inscriptos no socios, según números distribuidos por la empresa. La inteligencia del esquema es que se muestra transparente y con un gran aparato de compliance, que se completa con su salida al mercado el próximo 8 de octubre en Hong Kong.
Aunque Argentina recién se está “arando” para sembrar la idea, la compañía asegura haber sumado 5.800 personas como socias, que ya han comprado paquetes educativos sobre criptomonedas, con fuerte desarrollo en Buenos Aires, Rosario y particularmente la provincia de Jujuy. Es sabido que el público cordobés es más conservador, por lo cual recién en esta etapa la firma decide llegar a la plaza local.
“No es una criptomoneda porque no existe sino en forma privada y no es a código abierto. Está manejada por una empresa. Exige una inversión mínima de 140 euros y está llena de imprecisiones y falsas promesas”, acusa el espacio especializado Criptomonedas.org y lo subraya Germán Guismondi, uno de los referentes de Córdoba Bitcoin, el mayor grupo de expertos en criptomonedas de la provincia. “Hay que tener atención con este grupo, es una estafa con formato piramidal. Recomendamos no confundir el mundo de las criptomonedas con eso”, lanzó fulminante ante la consulta de este diario.
“Nos atacan porque hay muchos intereses y poderosos que no quieren esta moneda, no quieren que lleguemos al mercado público porque vamos a quitarles mercado”, responde OneCoin.
Acusaciones de scamcoin y allanamiento de su sede
El mundo de las criptomonedas está lleno de disputas porque son muchas las que ya circulan y cada una tiene su comunidad de defensores y detractores. Batallas que en muchos casos tienen el sustrato de que en el futuro sólo habrá una criptomoneda, cuando en realidad es muy posible que en la economía de las próximas décadas convivan diferentes monedas digitales, cada una vinculada con cierto mercado específico, región o actividad.
Es la razón por la cual el mundo de las criptomonedas ha desarrollado el concepto scamcoin para designar los sistemas fraudulentos o que tienen demasiados puntos oscuros en su estructura; o más rudamente shitcoin. Cada vez que una moneda nueva es lanzada, algún soldado de una ya existente la acusa de scamcoin. Es el caso de OneCoin, cuya compañía emisora ha venido enfrentando polémicas en distintas partes del orbe y que, sin ir más lejos, a fines de enero pasado fue allanada por la justicia su sede central en Sofía (Bulgaria).
Para sus defensores, en el fondo la pelea es contra el sistema financiero tradicional y las monedas físicas cirulantes. “Ésas son verdaderas scamcoin, el dólar lo es y lo son otras monedas”, disparan los amantes de las criptomonedas.