A nivel nacional, las expectativas de negocios coinciden con las expresadas por los industriales locales. La inflación y el contexto político son señalados como las principales preocupaciones
Pese a que prácticamente todos los sectores empresariales reconocen un importante repunte en la producción en 2010, aún persisten muchas dudas con respecto al nivel de sustentabilidad que tendrá esa recuperación, lo que impacta en las perspectivas de inversión: de acuerdo con un estudio privado, sólo una de cada tres firmas prevé aumentar sus inversiones este año, y en su mayoría se trata de programas de mantenimiento o de “estiramiento” de la capacidad instalada. La inflación y los “conflictos políticos” son los principales frenos que advierten las empresas argentinas.
Según la Encuesta de Clima de Negocios que realiza Sel Consultores desde 2006, en el segundo trimestre de este año más de 70% de las empresas considera que es “bueno” o “muy bueno” el estado de sus negocios, un nivel ampliamente superior al registrado en el primer semestre recesivo de 2009 (37%), así como al observado en la segunda mitad de repunte del año pasado (50%). Según la consultora, el nivel actual “se acerca al de 2008, cuando la economía crecía vigorosamente”. Asimismo, más de la mitad de los empresarios prevé que su compañía estará mejor en los próximos 12 meses. Para reunir estos datos la consultora encuestó a 148 directores y gerentes de administración y finanzas de empresas líderes y medianas del país.
No obstante este panorama alentador, las perspectivas de inversión continúan rezagadas con relación a los años anteriores, lo que evidencia que las compañías no confían en la robustez del proceso de recuperación. Sólo una de cada tres empresas (34%) aumentará su inversión en 2010, y apenas una de cada seis (17%) lo hará más de 10%. La mayor parte (44%) la manendrá sin cambios.
“Tan significativo como ello es que la mayor parte de este gasto será en programas de mantenimiento sin aumento de la capacidad productiva existente, o de ‘estiramiento’ de esa capacidad, sin mayores innovaciones tecnológicas”, agregó el informe de Sel Consultores.
Las inversiones en modernización de equipos o en cambios tecnológicos que amplíen la capacidad y en plantas e instalaciones nuevas se llevan, en cambio, el mínimo porcentaje con vistas a lo que resta de 2010. “La respuesta de la oferta al aumento de la demanda parece apoyarse, sobre todo, en una mejora de la productividad de los factores disponibles”, consideró la consultora.
Los datos relevados por Sel se acercan a los recabados por los empresarios metalúrgicos de Córdoba, quienes difundieron días atrás que sólo 28% de las firmas del sector prevé realizar inversiones en 2010.
Las razones del freno
¿Por qué, en un contexto de recuperación de la actividad industrial, económica y del consumo, los empresarios se muestran poco propensos a invertir? Según el informe privado, las compañías justifican esa actitud en dos razones principales: la inflación -que para la mayoría es el resultado de desequilibrios macroeconómicos- y la “alta conflictividad política” -que impacta sobre la calidad institucional-. También explican su conducta por la “falta de previsibilidad”.
Las razones que surgen del estudio fueron similares a las que esgrimieron las últimas semanas los empresarios cordobeses, en el marco del proceso de renovación de autoridades que se dio en entidades como la Unión Industrial (UIC), la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes (Cimcc) y la Bolsa de Comercio de Córdoba.
Tanto Ércole Felippa -de la UIC- como Emilio Etchegorry -de la Cimcc- se refirieron a la importancia que, desde su perspectiva, tienen la inflación -y el papel del Indec-, las disputas políticas y “el mal clima de negocios”.
La inflación como problema
De acuerdo con el informe de Sel Consultores, es “llamativa” la relevancia que adquirió entre los empresarios el problema de la inflación, que ganó importancia a partir de la segunda mitad de 2009 y se ubica actualmente como la principal preocupación entre los hombres de negocios consultados.
Evidentemente, en ello talló la aceleración del aumento de precios que se produjo durante los primeros meses del año, pero también los temores empresariales frente a las negociaciones colectivas que se llevaron adelante y que se prolongarán hasta junio.
Incluso durante los últimos días, a partir del aumento de 35% conseguido por los trabajadores de la alimentación, se profundizó el temor empresarial a que se produzcan pedidos de mayores incrementos en función de las subas bastante menores otorgadas a otros sectores, que rondaron 24%.
La interpretación acerca de “los determinantes de la inflación actual” muestra una gran diferencia entre los empresarios de las firmas líderes y el Gobierno nacional. Éste -que reconoció subas de precios puntuales, pero negó un proceso inflacionario- expresó en reiteradas oportunidades que, desde su análisis, las alzas estaban vinculadas con desajustes entre una oferta escasa y una demanda creciente o, eventualmente, con situaciones de concentración en algunos sectores que posibilitan el manejo de los precios por parte de pocos actores.
Pero, de acuerdo con el relevamiento de Sel Consultores, los empresarios no aceptan ni concuerdan con el análisis oficial: para la mayor parte de ellos el aumento del gasto público y la monetización del déficit, así como el aumento de los salarios por sobre el crecimiento de la productividad, son las principales razones de la inflación. Una mínima porción de las empresas señaló la concentración de la oferta o la insuficiencia de la inversión como las razones de las subas de precios.
El desacuerdo no es menor en momentos en que la Unión Industrial Argentina (UIA) y la Confederación General del Trabajo (CGT) trabajan en una mesa permanente para lograr bajar las expectativas inflacionarias. Si bien el martes las entidades señalaron que no advierten “causas profundas” para que se produzcan subas de precios, diferencias de diagnóstico tan amplias podrían hacer fracasar cualquier intento conciliador. Mientras tanto, la inflación se redujo en abril y se prevé que no se extenderá más allá de 25%, por lo cual buena parte de los aumentos otorgados estarían enmarcados en el alza prevista para 2010.
El informe de Sel concluye que, además de la normalización de la demanda externa, “un programa de desaceleración de la inflación y un mejor clima político e institucional son condiciones para un crecimiento sostenible”.
Estimación privada
El PBI argentino creció 5% en el primer cuatrimestreSegún el Índice General de Actividad (IGA) calculado por la consultora de Orlando Ferreres, la economía nacional creció en abril 7,5% con relación a igual período del año pasado y, de esa manera, acumuló un crecimiento de cinco por ciento en el primer cuatrimestre de 2010.
De acuerdo con lo expresado por el estudio privado, en los primeros cuatro meses del año “la economía parece haber recuperado los niveles de actividad perdidos durante la crisis” y, de ahora en adelante, “se podrá hablar de un proceso de crecimiento, cuyo sostenimiento dependerá fuertemente del consumo y la inversión”.
En ese sentido, la consultora consideró que, si bien el estímulo y la recuperación del consumo son visibles, la inversión presenta mayores dudas. “Existen factores que demoran en el tiempo las decisiones de inversión, como por ejemplo, la fuerte presión inflacionaria, los desequilibrios en precios relativos y la incertidumbre política”, consideró. Seguir de cerca la evolución de estas variables, será clave para comprender la evolución de la actividad económica en los próximos meses.