Sostuvo que en el lapso de una generación se dará una “obsolescencia masiva de muchas de las habilidades tradicionales debido a la digitalización, la robotización y la inteligencia artificial”
En el lapso de una generación, seremos testigos de la “obsolescencia masiva de muchas de las habilidades tradicionales debido a la digitalización, la robotización y la inteligencia artificial”, entre otros fenómenos, así como a la emergencia de nuevos requerimientos de habilidades y competencias.
Así lo afirma el informe “El futuro de la formación profesional en América Latina y el Caribe: diagnóstico y lineamientos para su fortalecimiento”, presentado en la 43ª reunión de la Comisión Técnica de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que reúne a representantes de organismos especializados en materia de formación y desarrollo de recursos humanos.
Asimismo, el organismo internacional advierte que las transformaciones aceleradas en el mundo del trabajo plantean la necesidad de tomar medidas para reinventar la formación profesional en América Latina, con el fin de abordar brechas y anticipar cambios que afectan tanto a quienes buscan un empleo como a las empresas interesadas en cubrir vacantes, y que son fundamentales para un crecimiento más sostenido, inclusivo y sostenible, planteó la OIT en el encuentro que concluye hoy en Costa Rica.
Por medio de un comunicado, el director Regional de la OIT, José Manuel Salazar-Xirinachs, destacó que “el acelerado proceso de transformación actual encuentra a la región expuesta a nuevos factores de cambio y a una demanda incierta por ocupaciones inéditas”. Agregó: “Esto plantea la necesidad de gestionar la formación con nuevas estrategias y alianzas pública-privadas, con roles y papeles flexibles, con el fin de tener la velocidad y la pertinencia que el desarrollo demanda”.
Los analistas advirtieron de que la formación profesional está enfrentando uno de los más profundos cambios en su historia. Los empleos del siglo XXI requieren de habilidades y competencias de base más compleja (técnica, digital, socioemocional) y desafían a los sistemas educativos y de formación profesional no sólo a estar al día sino a anticipar los nuevos requerimientos y a ofrecer educación a lo largo de la vida.
Brechas
El informe también afirma que hay grandes brechas en materia de formación profesional: “En la región, sólo uno de cada nueve trabajadores recibe algún tipo de formación (educación o capacitación) a lo largo de un año, mientras que en el promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estas cifras están por encima de 50%”.
Para la OIT es evidente la existencia de importantes brechas cuantitativas y cualitativas de habilidades. Advierte de que muchas empresas de la región manifiestan dificultades para llenar vacantes y para ubicar personal con la dotación adecuada de competencias técnicas y socioemocionales, lo cual es evidencia de serios desajustes entre demanda y oferta, dados los altos niveles de desempleo y subempleo, en particular de los jóvenes.
En América Latina existe, además, una correlación clara entre tamaño de empresa y nivel educativo y calidad del empleo. La proporción de trabajadores con educación terciaria crece con el tamaño de la empresa. En la microempresa es de 15%; en la empresa pequeña, de 28%; en la mediana, de 37%, y en la grande, de 50%.
Finalmente, el documento presenta 10 lineamientos para orientar las estrategias destinadas a modernizar y fortalecer la formación profesional, que abarcan temas como “la necesidad de alinearse mejor con las políticas de desarrollo productivo y los cambios tecnológicos, de apoyarse más fuertemente en el diálogo social, tener marcos regulatorios adecuados y los recursos suficientes”.
El decálogo también enumera mejorar la calidad y la eficacia de los sistemas, impulsar la formación dual o “aprendizaje de calidad” que utiliza a las empresas como lugar de aprendizaje, mejorar la articulación con los servicios de empleo, así como promover la igualdad de oportunidades.
Expectativas
Tres de cada cinco jóvenes ven con mucha confianza su futuro de aquí al año 2030.
Siete de cada 10 jóvenes esperan trabajar en empresa propia y 76% se mostró optimista sobre la posibilidad de ganar buenos salarios.
Seis de cada 10 jóvenes creen que las nuevas tecnologías afectarán su futuro laboral. Además, 59% piensa que los cambios derivados de las tecnologías serán positivos; 73%, que necesitará capacitarse constantemente, y 29%, que la tecnología podría reemplazarlo en sus labores.
A pesar del desempleo jóvenes latinos son optimistas con el porvenir en el trabajo
Los jóvenes de América Latina ven el futuro del trabajo con optimismo, a pesar de que enfrentan un presente laboral caracterizado por alto desempleo e informalidad, según reveló un informe técnico difundido ayer por la OIT.
El informe titulado “El futuro del trabajo que queremos: la voz de los jóvenes y diferentes miradas desde América Latina y el Caribe”, se difundió en vísperas del Día Internacional de la Juventud, que se conmemora mañana. El director Regional de la OIT, José Manuel Salazar-Xirinachs, agregó que el presente del empleo juvenil también “es preocupante”, ya que el momento económico que vive América Latina y el Caribe, caracterizado por un crecimiento débil o mediocre con una insuficiente generación de empleo, golpea con mayor intensidad a los jóvenes.
“El desempleo juvenil aumentó en forma abrupta en el último año, pegó un salto de más de tres puntos porcentuales, al pasar de 15,1 a 18,3 por ciento”, remarcó.
Añadió que, además de un desempleo que “triplica al de los adultos, los jóvenes deben enfrentar una tasa de informalidad más alta, estimada en 56 por ciento en promedio para la región”.50 % El nivel educativo está altamente correlacionado con la informalidad, que afecta a casi 50% de los trabajadores, ya que mientras más alto el nivel educativo, más baja la incidencia del empleo informal, según el documento de la OIT.