domingo 24, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

“Hoy es difícil educar, la sociedad no está dispuesta a hacer el esfuerzo de aprender”

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Guillermo Jaim Etcheverry, el ex rector de la UBA advierte que se rompió el pacto educativo. “Se pretende que los chicos y jóvenes se diviertan en la escuela, categoría que viene del mundo del espectáculo en el que vivimos, en lo que todo tiene que ser rápido, light, superficial”, dice el especialista quien señaló que, por el contrario, el debate debería pasar por el sentido, profundidad y calidad de lo que se enseña

“Lo que hay en el fondo de los problemas educativos que afectan al país es un desinterés social profundo por la educación”. Directo y sin vueltas, el diagnóstico pertenece a Guillermo Jaim Etcheverry, ex rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), científico y especialista en Educación.
Frente a un auditorio empresarial cordobés instó a dimensionar el contexto actual: “Hoy es muy difícil educar porque la sociedad no está dispuesta a hacer el esfuerzo de aprender. Se pretende que los chicos y los jóvenes se diviertan, categoría que viene del mundo del espectáculo en el que vivimos, en lo que todo tiene que ser rápido, light, superficial”. Advirtió que, por el contrario, el debate que debería darse en las instituciones educativas es el del sentido, profundidad y calidad de lo que se enseña.
El también miembro de la Academia Nacional de Educación disertó la semana pasada en una reunión de la Fundación Mediterránea que tuvo como eje la educación y su impacto en la mejora de la calidad de vida y en los resultados económicos.
“Hoy realizamos un surfing de las cosas sin explorar en la profundidad. Todas las herramientas que usamos para navegar sobre la superficie son el resultado de personas que exploraron la profundidad de las cosas, de problemas”, dijo en referencia a los avances científicos y tecnológicos.
En ese sentido, insistió en la importancia de la lectura en los jóvenes, actividad “que favorece el tiempo lento”, el tiempo para reflexionar y procesar. “Debemos tratar de dotar a los jóvenes de esa capacidad de imaginación y reflexión”, subrayó.

Visiones desencontradas
Según el investigador de Conicet, la escuela -en sus diferentes niveles- está siendo concebida por la sociedad como una institución de opresión. “Se la ve como un lugar de exigencia en una sociedad que rehuye la exigencia. Lo que buscan los chicos y los padres es que esa exigencia se vea gradualmente reducida. Hay una lucha entablada entre los que reciben el servicio de la educación y quienes lo prestan. El pacto fundante de la escuela -que es la asociación de los padres con los maestros para educar a los chicos- hoy está roto. Los padres están asociados a sus hijos en contra de la institución escolar”, dijo Jaim Etcheverry.
No sólo apuntó a la baja en la confianza en la educación por parte de la comunidad sino también subrayó que las clases dirigentes son las que menos interés tienen. “Lo que quieren es el certificado pero no tienen interés en el logro educativo”, sostuvo.
También se refirió al deteriorado ingreso salarial de los maestros y sus causales: “Los maestros ganan poco porque a nadie le interesa mucho lo que hacen. Gradualmente se están convirtiendo en los cuidadores de las guardería más que en lo que debieran ser, es decir, ser aquellos quienes realizan la tarea de hacer humanos a nuestros chicos y jóvenes. Mostrarles sus posibilidades como humanos”.

Finalmente, distinguió que el problema de la educación en el país no es un problema de no seguir tendencias mundiales y adaptarnos, sino que es un problema de retaguardia. “Nuestros chicos (que van al aula) tienen dificultades para entender lo que leen. Imaginen lo que ocurre entonces con los chicos que no van a la escuela. La crisis es profunda. Las pruebas (del programa) Aprender que se hicieron en octubre pasado entre alumnos de quinto y sexto año mostraron que la mitad tiene dificultad para entender lo que lee y dos de cada tres tienen dificultad para hacer simples operaciones matemáticas, no pueden hacer reglas de tres simples”, ejemplificó.
Como una meta a corto plazo, subrayó que la educación argentina debería plantearse un objetivo inmediato en el que todos los docentes se dediquen de manera concentrada a lograr que sus alumnos entiendan lo que lean y puedan realizar simples operaciones de abstracción relacionadas a las matemáticas. “Ésas son las herramientas que les permiten hacer cualquier cosa -agregó-. Con ellas se pueden adquirir nuevas competencias. Hoy se le pide muchas cosas a la escuela, pero habría que pedirle que haga lo esencial, que brinde esas herramientas para abrirse camino en el trabajo o en el estudio posterior”.

Un grave error

– “Confiamos en la tecnología como aquello que nos va a resolver el problema educativo; eso es una grave error. La tecnología es una herramienta más que obviamente debe ser utilizada, que por sí misma no confiere inteligencia. Lo importante es para qué se utiliza esa herramienta”, dijo Jaim Etcheverry.
– “No confiemos en que porque mandamos al chico a una escuela que tiene bachillerato internacional, tiene un lindo campo de deporte, o una buena iglesia, allí sabrán más. No contamos con una elite superilustrada como pensamos”.

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