Un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados emitió ayer dictamen favorable al proyecto que pone un tope de 2% a los aranceles que cobran los bancos a los comercios por operaciones con tarjetas de créditos y de 1% cuando se trate de tarjetas de débito, con lo cual el tema se podrá tratar previo al fin de sesiones ordinarias, aunque deberá volver al Senado.
La decisión se adoptó en el plenario de las comisiones de Finanzas y Legislación General, que conducen los macristas Eduardo Amadeo y Daniel Lipovetzky.
El dictamen fue respaldado por Cambiemos, el massismo, el bloque Justicialista y el kirchnerismo, aunque con disidencias parciales, y se redactó en base a un proyecto de Amadeo y Lipovetzky, sin tener en cuenta la iniciativa que había sido aprobada por el Senado.
Si hay acuerdo político, la iniciativa podrá ser debatida la próxima semana con el fin de que el Senado pueda convertirla en ley en la última sesión de esa cámara, que se celebrará el 30 de noviembre, aunque los tiempos parecen muy ajustados.
La iniciativa también prevé que los bancos no podrán fijar comisiones o aranceles diferenciados entre comercios que pertenezcan a un mismo rubro o con relación a iguales o similares productos o servicios, como sucede en la actualidad entre los grandes y pequeñas firmas.
La acreditación de los importes correspondientes a las ventas en las cuentas de los establecimientos adheridos se hará en un plazo máximo de tres días hábiles para las operaciones con tarjeta de débito.
Además se autoriza a los comercios a poder sumar al pago contado los valores correspondientes a los aranceles, lo cual en la práctica significa que las personas que no utilicen el sistema electrónico podrán tener algunos descuentos cuando abonen sus compras.
Asimismo, el proyecto establece que el contrato entre los bancos y los comercios deberá tener plazo de vigencia, topes máximos por operación, determinación de las comisiones y gastos administrativos, y plazos y requisitos para la presentación de las liquidaciones.