martes 26, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Mediadores, emergencias y protección civil

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Por Carlos A. Rossi *

Comienzo esta nota con posibles escenarios en los cuales nosotros, los mediadores, nos podemos encontrar: supongamos que estamos mediando en un edificio de propiedad horizontal y comienza a registrarse un movimiento sísmico de características importantes. Ahora imaginemos que, en vez de un sismo, empezamos a sentir olor a quemado y gritos de la gente alertando sobre un incendio en el edificio.
Otra hipótesis sería que algún empleado reciba una llamada anónima informando sobre la existencia de un explosivo a punto de detonar. Podemos agregar todavía otras posibilidades: que se descomponga alguno de los participantes y pierda el conocimiento o que alguien a nuestro alrededor sufra un infarto y quede tendido en el suelo.
Ante estos hechos la pregunta queda formulada: ¿sabemos qué hacer y qué no hacer ante cada circunstancia? Probablemente la respuesta mayoritariamente será “no”.
Los desastres tienen tres tiempos: un antes, un durante y un después. Todo lo que no hayamos aprendido en el antes, seguramente lo sufriremos en el durante y en el después.
El antes es el tiempo de la reflexión, de la capacitación y el de tomar conciencia de que el progreso tecnológico y los desarrollos inmobiliarios, si bien traen aparejado mayor confort, deben venir acompañados con el adecuado conocimiento de cómo comportarnos ante las distintas contingencias que se pudieran generar.

Casi instintivamente tenemos que saber que si nos sorprende un movimiento sísmico en un edificio de propiedad horizontal no debemos evacuar el edificio sino que debemos permanecer en él. Ello en razón de que los terremotos -aun los más destructivos- duran alrededor de un minuto, razón por la cual en la práctica ocurre que las personas terminan colocándose en los lugares más vulnerables -escaleras y pasillos- cuando lo que deberían hacer es permanecer en el lugar.
En los incendios es distinto: debemos evacuar con urgencia el lugar usando las escaleras y teniendo presente que no debemos abordar los ascensores bajo ninguna circunstancia. Lo mismo ocurre con una amenaza de bomba. Aunque nos parezca una broma o algo poco creíble, debemos evacuar el lugar y regresar cuando la brigada de explosivos nos indique que no hay artefacto explosivo alguno en el interior.
Saber de estos temas y hablarlos entre nosotros nos posicionará mejor ante la ocurrencia de una emergencia. No debería haber ningún edificio público o privado sin su correspondiente plan de evacuación. Plan que debe ser elaborado por profesionales en la materia pero conocido y ejercitados por todos.
Los simulacros de evacuación son imprescindibles y su posterior evaluación también. Debemos saber sobre Primeros Auxilios y Reanimación Cardiopulmonar (RCP) ya que nos posibilitará salvar vidas. Los servicios de emergencias, por eficientes que sean, tardarán entre cinco y 10 minutos en llegar y, si no hemos realizado ninguna maniobra de reanimación en la víctima, los daños en su salud serán irreparables.

La Protección Civil es una disciplina universal, de modo que todo lo que aprendamos sobre esta temática nos servirá para aplicarlo en cualquier lugar del mundo.
En los países desarrollados las técnicas de Autoprotección y las formas de comportarse ante las emergencias se enseñan obligatoriamente en las escuelas. Además, es de ejercitación permanente para todas aquellas personas que ocupan cargos de servidores públicos tales como docentes, funcionarios, choferes, gerentes de personal, etcétera.
En Santiago de Chile el primer día de clase la maestra se presenta y les dice a sus alumnos: “Hoy vamos a conocer el plan de evacuación del colegio”. En Israel los edificios no se pueden apoyar uno con otro sino que deben guardar una distancia de cinco metros.
En Alemania, los simulacros de evacuación son dispuestos por Bomberos y su realización es obligatoria al menos una vez al año. Vivir en una gran ciudad como la nuestra nos obliga a estar capacitados para saber comportarnos adecuadamente durante una emergencia. Ello nos ayudará a estar mejor protegidos e incluso a salvar vidas.
Estas reflexiones son para la comunidad toda, pero en el caso de los mediadores cobran una especial importancia, ya que en forma permanente trabajamos con personas que están en conflicto.
Son audiencias tras audiencias en las que abordamos diversas temáticas pero con un denominador común que tiene como origen personas o grupo de personas que están en conflicto. Evitemos agregar alguno más a los que traen; capacitémonos en el manejo de emergencias.

* Mediador, ex presidente del Comité de Emergencias de Córdoba

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