London Fashion Week: la industria de la moda tras el impacto del brexit

La Semana de la Moda en Londres comenzó el viernes con espectáculos de las marcas Burberry, JW Anderson y Topshop que dieron la bienvenida a alrededor de 5.000 personas -de 58 países- relacionadas con el mundo de los negocios, en un acontecimiento que vuelve a poner la capital británica y el Reino Unido como un “jugador” relevante en la industria del diseño a escala global.
Las nuevas cifras divulgadas en junio de este año muestran que el valor de la industria de la moda británica aumentó 8% y pasó de 26 billones de libras a 28 billones. Se prevé que esta cifra crezca 23% para 2020, según la organización del London Fashion Week.
Este incremento es superior al del PBI del Reino Unido, que sólo creció 5% en el mismo período, mientras el empleo aumentó de 790.000 a 880.000, el doble de la media nacional, con un crecimiento en la producción y en el comercio minorista y mayorista.
Los organizadores de la Semana de la Moda dicen que el evento será el más internacional hasta la fecha debido a la atención que ha causadodo el brexit en la capital británica.
Muchos diseñadores querían permanecer en la Unión Europea (UE) por temor al el impacto del brexit en la exportación, los costos y la capacidad de Londres para atraer talento para el diseño.
La UE representó 70 por ciento de los textiles británicos y exportación de prendas de vestir en 2014, por valor de 5,8 billones de libras, según la Asociación Textil y de Moda del Reino Unido (UKFT)
“Londres es un negocio, capital de la moda, creativa y cultural. Es un gran lugar para vivir y trabajar, y está abierto a los negocios”, dijo Caroline Rush, jefa del Consejo Británico de la Moda, a la prensa británica.
“Tenemos que demostrar a nuestros clientes que el voto para salir de la UE no significa que vamos a terminar nuestras sociedades y colaboraciones internacionales”, resaltó.
Las ventas minoristas sufrieron sólo una ligera caída en agosto, después de una fuerte retracción en julio, mientras que los analistas afirmaron que la libra más débil desde el referéndum había impulsado las ventas de artículos de lujo de los turistas extranjeros, haciéndolos más baratos.