Nadadores, corredores, basquetbolistas, gimnastas, disciplinas individuales y de equipo dejan la huella del esfuerzo, autoconfianza, competitividad, tolerancia a la frustración y pasión – Carolina Klepp – [email protected]
Los Juegos Olímpicos de Río generan enseñanzas no sólo deportivas sino que también sirven de ejemplo en el ámbito laboral. Existen características de los atletas de alto rendimiento que han sido identificadas por los especialistas de recursos humanos como claves para parangonar y lograr mejores resultados en el trabajo. A continuación, los destacados por los especialistas locales Mariela Mantegari, directora de Acento Recursos Humanos, y Martín Poncio, director de la consultora que lleva su nombre, y la firma global de reclutamiento PageGroup.
• Competitividad: saber competir de forma leal y sana, para superar sus límites y enfrentarse a los mejores de su categoría es una de las cualidades de los deportistas olímpicos. Esta rivalidad se experimenta a fondo en natación, ciclismo y atletismo, en las que los contrincantes compiten hombro a hombro.
“Nadie discute que las empresas tienen que ser competitivas, las que mejor lo logran son aquellas que están atentas, alertas a lo que sucede y que poseen la capacidad de reacción necesaria para cambiar y/o transformarse a tiempo. Esto no se consigue fácilmente e implica un entrenamiento sistemático de personas y equipos para enfrentar retos con diferentes niveles de complejidad. Las empresas que quieran ser competitivas, al igual que los deportistas de alto rendimiento, necesitan desarrollar una mentalidad olímpica y, para lograrlo, cada una de las personas y equipos deberían ser entrenados para alcanzar lo que en la jerga deportiva se denomina una actitud ganadora”, señaló Mantegari.
Por su parte, PageGrup subraya que, “en el mercado laboral, esta cualidad encaminada a la productividad puede ser beneficiosa para los profesionales”. Se recomienda establecer relaciones de competencia con colegas para innovar en habilidades y aprender de ellos.
• Visión clara y esfuerzo: “Los deportistas de alto rendimiento saben adónde quieren llegar. Esa claridad de meta es un motivador natural”, destacó Poncio. En ese sentido, la preparación y el esfuerzo es fundamental para lograrlo. “Entrenamiento, transpiración de la camiseta previo a demostrar una competencia, esto se traduce en resultados tanto en el deporte como en el trabajo”, agregó.
• Tolerancia a la frustración: los olimpistas desarrollan la capacidad para equivocarse y seguir adelante sin importar lo frustrante que puedan llegar a ser sus errores. Por ejemplo, los gimnastas repiten innumerables veces una rutina sin rendirse hasta alcanzar la perfección. En las empresas se puede enfrentar al mismo tiempo a procesos o situaciones frustrantes con las cuales se deberá aprender a lidiar, evitando que se conviertan en obstáculos para el desarrollo profesional. “El mérito está en levantarse después de cada caída”, destacan los especialistas.
• Concentración y control en momentos de presión: los mejores atletas del mundo son aquellos que aciertan en los momentos determinantes sin importar lo apremiantes que sean las situaciones. En el trabajo hay momentos decisivos en los que se tiene una sola oportunidad de acertar; para ello se desarrollan técnicas para mantener el control en situaciones de estrés.
• Vida emocionalmente equilibrada: tanto en la vida como en el trabajo y el deporte, la persona es una, no se cambia de traje para ser una cosa o la otra. La vida influye en el trabajo y viceversa, rodearse de buena gente, vida sana, buenos hábitos, redunda tanto en el deporte como en el trabajo, considera Poncio.
• Pasión y dedicación: para los atletas olímpicos la diferencia entre ganar o no una medalla está principalmente en el entusiasmo diario, sin importar lo rutinario que sean los entrenamientos. Un claro ejemplo son los clavadistas, que se tiran a la pileta una y otra vez para mejorar sus movimientos en cada salto.
En el trabajo puede implementar esta cualidad por esforzarse al máximo todos los días, las promociones o la adquisición de nuevas responsabilidades no se obtienen de la noche a la mañana sino con el trabajo diario.
• Trabajo en equipo: en los deportes grupales los integrantes suman sus esfuerzos para obtener una mejor puntuación, teniendo en claro el rol de cada persona. Aprovechar al máximo las cualidades y expertise de cada colaborador para construir un equipo de alto desempeño es clave.
“Impregnados por el espíritu olímpico podemos decir que lograr empresas competitivas requiere en buena medida contar con gente que decida tener una actitud ganadora -que, en definitiva, no es otra cosa que contar con gente que sepa, pueda y quiera realizar su mayor esfuerzo, sabiendo que los resultados vendrán si se concentran en mejorar y no en ser los mejores-¨, concluyó Mantegari.