Por Sonia Lucía Zilberberg *
Los mediadores debemos ejercitar una actitud de atención activa frente a la sociedad. Los permanentes cambios que suceden a nuestro alrededor generan situaciones que eran impensadas, en tiempos relativamente breves. Si hay algo que diariamente produce modificaciones son las redes sociales, la digitalización de todas nuestras actividades. Es por eso que, frente al evento concreto, debemos tener en cuenta el entorno que nos rodea, no sólo a los mediadores sino al conjunto social; personas o instituciones que se encuentran en conflicto, para poder intentar prevenirlo, desactivarlo y lograr acuerdos beneficiosos.
La violencia de las relaciones que se dan en el marco de las interacciones es uno de los temas que se presenta. La sociedad se ha vuelto violenta y el incremento de las explosiones de ira constituye el reflejo del medio social en el que estamos inmersos. Me estoy refiriendo al contexto social que incluye la escuela, en la cual se presentan hechos con las características nombradas, los que -sumados a la droga y el alcohol- lo convierten en un complejo entramado social. Los docentes también tienen que pensar cómo adecuan su actuar en la tarea educativa, por lo que deben capacitarse para estas situaciones: el grooming, el sexting, el bullying, etcétera, que se han multiplicado con el acceso a las redes sociales.
Por eso, cada situación -ya sea individual o de la comunidad- en la que como mediadores debemos intervenir, hace que nuestra tarea sea cada vez más exigida.
Los niños y adolescentes muchas veces no denuncian la violencia a la que están sometidos, ya sea por miedo o porque sienten culpa; no piden ayuda a sus padres y maestros y es allí donde los mediadores debemos prestar atención, para averiguar qué está pasando e intervenir eficazmente.
Las consecuencias no sólo se ven en el presente sino que se extienden al futuro; todos somos corresponsables de lo que hagamos para ayudar a que las situaciones que han generado el resquebrajamiento del tejido social, el desmoronamiento de valores, el creciente individualismo, nos lleven a la anomia por la ruptura del contrato social que nos permitía convivir sintiéndonos enlazados de manera simbólica y relacional con nuestros semejantes. En los temas o casos de familia debemos tener muy presentes estas situaciones que, entre otras, generan un disgregamiento social.
Otros temas a considerar son la incertidumbre y el aislamiento. Los mediadores somos, además, integrantes de una sociedad y tenemos el compromiso de utilizar las técnicas, todos los Medios Alternativos de Resolución de Conflictos (MARC), para tratar de revincularnos de otra manera, generando nuevas normas de convivencia que no son sino un nuevo contrato social basado en el respeto, el reconocimiento y los intereses, validando las razones de la ajenidad en todos los ámbitos en los que podamos aplicar nuestro conocimientos, los que debemos actualizar conforme a las necesidades sociales.
Los mediadores somos parte de esta realidad social y tenemos que estar atentos a las señales para poder acompañar y contribuir a destrabar los conflictos, teniendo en cuenta que padres, maestros e instituciones son quienes afortunadamente están abriéndose camino en defensa de los niños y adolescentes, debiendo ser concientizados de la importancia de sus aportes.
Hay que aumentar la difusión de estas situaciones por los peligros que entrañan para construir una sociedad donde se respete y contenga a los niños y adolescentes y todos debemos asumir nuestra obligación de hacerlo. Los mediadores contamos con los medios técnicos para enfrentar las situaciones no queridas y/o beneficiosas que se presenten y nunca debemos olvidar que nuestra profesión es de compromiso.
El mensaje seria: mediadores, atentos desde nuestro lugar, trabajemos para construir una sociedad que contenga a los niños, niñas y adolescentes para que puedan desarrollarse mejor y sin peligro, formando grupos humanos interrelacionados. Es necesario producir cambios en la estructura social para vivir en paz y armonía en la comunidad.
Adelante, que un futuro mejor que el presente se espera de nosotros.
* Mediadora, directora del Centro de Mediación Defensoría de Niño, Niña y Adolescente.