El rojo representó 3,6% de los ingresos totales, por encima del 3,2% de 2009. El quebranto llegó tras cinco años de superávit y se produjo principalmente por el fuerte incremento de la inversión en obras. No obstante, el gasto corriente también subió por encima de los ingresos corrientes. La denominada deuda flotante, neta de salarios, alcanzó 5.632,6 millones, 120,6% más que un año atrás.
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