La Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño Industrial (UNC) brinda un curso de un año de duración que apunta a mejorar la productividad, la calidad y a disminuir la mala praxis profesional. Forma alrededor de 100 alumnos por año.
Por Carolina Klepp – [email protected]
La histórica falta de mandos medios en la industria de la construcción fue el factor que impulsó a la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño Industrial (UNC) a crear la Escuela de Formación de Capataces (EFCa) que, desde 2013, genera alrededor de 100 nuevos egresados por año.
En palabras del director de la escuela, el ingeniero Martín Pastor Roca, ésta “nace por la necesidad de tener capataces, quienes son los encargados de estar frente al grupo en una construcción, de hacer cumplir los planes, mejorar la productividad y tener los materiales necesarios, entre otras cosas”.
El curso, que dura un año, se diseñó poniendo eje en el conjunto de conocimientos, habilidades y destrezas necesarias para el desempeño en la conducción de obras, manejo de personal, recursos técnicos, normativas de higiene y seguridad, aspectos legales, tecnología de materiales y procesos, planificación y gestión.
La currícula apunta a capacitar personal técnico con condición de mando, liderazgo, capaz de interactuar con directores, jefes de obra y representantes técnicos. Asimismo, con capacidad de coordinar los distintos gremios y operarios intervinientes. “promoviendo la calidad y disminuyendo la incidencia de las malas praxis profesionales”.
Según describió Pastor Roca, hay dos perfiles de alumnos en la EFCa: un alto porcentaje tuvo su última experiencia áulica en la escuela primaria y otro alto porcentaje son alumnos y egresados de la carrera de Arquitectura. “En el curso se aplicó una estrategia integradora que promueve la interacción de los distintos grupos, aportando cada uno sus experiencias y saberes, algo que generó un alto grado de integración social y curricular”, destacó.
Becas y práctica
Varios de los profesionales y albañiles que conforman el alumnado son becados por empresas. “Es impresionante la vehemencia con la que estudian para ser capataces. Del total de alumnos del último año de dictado, 70% aprobó los trabajos con un promedio de seis. Días atrás se realizó el acto de colación de 96 capataces, quienes a su vez están contagiando a otras personas que trabajan en las obras para que obtengan su título. No sólo asiste gente de Córdoba sino también del interior y otras provincias como San Francisco, Villa María, Río Tercero y Chaco”, cuenta el director y profesor con trayectoria en las cátedras de Estructuras y Topografía en la UNC y también en la Universidad Católica.
Finalmente, destacó que hay clases prácticas en obras, en hormigoneras y con un cuerpo docente interdisciplinario integrado no sólo por arquitectos e ingenieros sino por también psicólogos -quienes enseñan sobre liderazgo- y abogados, quienes dictan las clases sobre leyes laborales en la construcción, por ejemplo.
Este año, el curso comienza en abril, se dictará una vez por semana en la sede de la facultad en la Ciudad Universitaria -los sábados de 9 a 14 horas-.
El cupo es para 120 aspirantes y ya hay 180 anotados (con lista de espera). Cuesta $720 mensuales y cuenta con certificación de la Casa de Trejo.
Dannae Bonansea, arquitecta
– “Inicié el Curso de Capataz con el fin de realizar visitas y trabajos en obra, ya que como -estudiante de la carrera de Arquitectura en la Universidad Nacional, por su masividad de alumnos, a los profesores de las materias de construcciones les resulta muy complicado llevarnos a obras y ver materializada la teoría. En la Escuela de Capataces tuvimos una relación directa con la vida profesional, nos enseñaron a liderar a las cuadrillas de obreros en las obras, resaltando que un capataz acompaña a su cuadrilla en todo momento”.
– “Los alumnos del curso fuimos arquitectos y obreros formados a lo largo de su vida. Destaco como lo más importante que los profesores lograron el intercambio entre los formados con teoría y los formados con la práctica del día a día, aprendí mucho de los conocimientos que nos brindaron los albañiles que fueron parte del curso, quienes ahora también son amigos y colegas. Recomendé el curso a amigos de la facultad que se encuentran en tesis o recién recibidos, como yo, ya que te prepara para salir a la vida profesional más seguro de los conocimientos y cómo aplicarlos en la realidad”.
Edgard Castro Zárate, encargado de obra
– “En el curso me hicieron ver la obra desde otros puntos de vista como, por ejemplo, el de seguridad e higiene, la importancia de usar arnés y casco, algo que creía molesto y pude ver que era tonto no usarlo. Me hicieron ver como manejar a la gente, al grupo y no ser tan cortante con las personas. Yo soy encargado de obra y en el curso me enseñaron a enseñar a otros en la obra; antes quería imponer. En las obras la mayoría son jóvenes que están aprendiendo, la mayoría son de la villa y se rebelan pronto. Ahora, después del curso, les hago sugerencias, les enseño, les muestro los beneficios de determinada forma de trabajar para que se cansen menos, por ejemplo.
– “Yo empecé a los 19 años, ahora tengo 43. El año pasado terminé el curso y este año empecé a estudiar la carrera de Arquitectura. Cuando era joven había iniciado la carrera de Analista de Sistemas en la UTN pero dejé porque no podía hacer las dos cosas: trabajar y estudiar. Ahora les aconsejo a los chicos que hagan el curso, cuando salgan del secundario, para no siempre trabajar de peón”.