miércoles 27, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Poner un año jurídico en la balanza

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Decíamos en nuestra anterior columna que cuando nos quisimos dar cuenta, el año 2015 había pasado. Ahora está, en sus inicios, este 2016.

Para empezar a conocerlo, digamos que se trata de un año bisiesto comenzado en viernes en el calendario gregoriano. El decimosexto año del tercer milenio y el séptimo de la década que comenzó en 2010.

En materia de declaraciones, la ONU declaró a 2016 como el Año Internacional de las Legumbres, el papa Francisco proclamó para los católicos y todos los hombres de buena voluntad que este año será el Año de la Misericordia por motivos de cumplirse un aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II.

Pero no podemos mirar hacia el 2016 como si se tratara de un período de tiempo aislado por entero de su antecesor, 2015. Pocas veces un año ha venido tan influido por lo pasado anteriormente.

Entendemos que, por eso, 2016, más que borrón y cuenta nueva, va a ser un período cuando se superarán o afianzarán muchas de las cosas dadas en el año anterior. Sobre todo, en materia política y jurídica.

Luis Gasulla, en una nota en la página del periódico Perfil, decía que 2015 “se va de la misma forma en que comenzó: conmocionando a la sociedad y a la política argentina”. Y ponía como hitos de apertura y cierre la muerte del fiscal Nisman a inicio de año y la muy extraña fuga de los hermanos Martín y Christian Lanatta y de Víctor Schillaci del penal bonaerense de General Alvear, a finales de diciembre.

En el medio del año pasado, allá por el 1 de agosto de 2015, empezó a regir el nuevo Código Civil y Comercial. Sobre el final del año, el 11 de diciembre, se hizo efectiva la renuncia de Carlos Santiago Fayt, hecho que deja la Corte Suprema con sólo tres miembros y al borde de la paralización por tal número; y la suspensión de la entrada en vigencia del discutido nuevo Código Procesal de la Nación.

En lo que hace al frente “judicial” en sentido estricto, el año pasado se despidió con la sentencia del Tribunal Oral Federal N° 2 de la Capital Federal en la causa de la tragedia ferroviaria sucedida en la estación terminal de Once de la línea Sarmiento.

Si bien la estructura del fallo da para otro comentario más extenso, no deja de ser auspicioso que frente a semejante pérdida de vidas humanas, causada nada más ni nada menos que por una cadena de desidias e irresponsabilidades varias, se hayan juzgado todas las responsabilidades: materiales directas e indirectas de empresarios que debía actuar en pos de la seguridad y funcionarios que debían controlar la seguridad de ese medio masivo de transporte.

Por una vez, y desde los estrados judiciales, con independencia de los nombres, empresas y gobiernos, se ha dado el mensaje claro que el ser humano que es transportado no puede ser tomado como un número, una ficha de cambio para la política en versión cloacal, o un mero factor para ganar más dinero del que ya usualmente se gana.

El año 2015 ha tenido mucho de jurídico. También, de llevar a tribunales problemas que deberían arreglarse en otros sitios, tal el caso del traspaso de los atributos presidenciales y las idas y vueltas con la intervención de la Afsca, entre los más resonantes y recientes.

Esperemos que este 2016 contenga menos sorpresas y más previsibilidades. Menos ego del protagonista público de turno y más racionalidad en pos del bien común.

En definitiva, más humanidad, apertura al otro y menos cálculo egoísta individual.

* Abogado. Doctor en Ciencias Jurídicas. ** Abogado, magister en Derecho y Argumentación Jurídica

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