A pesar de estar en el año santo de la Misericordia, en el frente municipal la situación dista mucho de tal valor cristiano.
Perdidos, como desde hace tiempo, en una puja de poder entre círculos diversos, la ciudad no encuentra paz en su vida diaria. El estado de calles, de los semáforos o la ausencia de tramitaciones ágiles no son sino síntomas de dicha carencia.
El último de estos “frentes de batalla” resulta ser el muy mencionado (y poco conocido, en realidad) Ente de Servicios y Obras Públicas (ESOP), creado por ordenanza Nº 12479.
En virtud de su creación, desde hace días los cordobeses nos encontramos con que por las mañanas transitar por las calles céntricas es algo parecido a encontrarse dentro de un laberinto donde encontrar el camino libre para llegar a donde queremos ir se ha convertido en una actividad casi azarosa.
Nuevamente, tenemos una paralización casi total de la actividad administrativa municipal, lo que ayuda a aumentar el malhumor de los cordobeses. Y como casi siempre, por los motivos incorrectos. También, como es usual, muchos opinan de lo que poco saben, por lo cual fuimos a la fuente, es decir, la norma que causa tanta polémica.
El ESOP resulta, a la vez, en palabras de la propia norma, “descentralizado y autárquico”. Para los que somos clásicos en las formas del derecho administrativo se puede ser lo uno o lo otro, pero no las dos a la vez. Si se toma una postura más de avanzada, decir autárquico implica la forma más “ultra” de la descentralización. Es, en el fondo, semántica. Pero no deja de reflejar uno de los aspectos centrales de la ordenanza: es abierta en todo. Así, vemos que se “rige en su gestión por la presente Ordenanza y la reglamentación que en su consecuencia se dicte” (art. 2º), siendo su objeto “la dirección, administración, gestión y/o ejecución del Servicio Público de Higiene Urbana y el mantenimiento integral del Espacio Público, en forma total o parcial, en toda la Ciudad o en zonas de la misma, según delegue el Departamento Ejecutivo Municipal. Puede asimismo, sólo cuando cuente con financiamiento de extraña jurisdicción y el Departamento Ejecutivo Municipal lo delegue, tener a su cargo la ejecución de las Obras Públicas, en forma total o parcial, en toda la Ciudad o en zonas de la misma” (art. 3º).
Se trata de un instrumento que, de por sí, no es bueno ni malo. Y que en definitiva, por la amplitud con que fue creado, resultará la reglamentación la que terminará determinando sus verdaderos rasgos.
Por eso, sorprende lo furibundo del agravio de algunos. Se trata de una “ley”, como lo son todas las ordenanzas sancionadas de forma democrática por funcionarios electos por el pueblo. Si dicha norma resulta irrazonable, arbitraria o ilegítima, son los tribunales por la vía del amparo o la acción declarativa de inconstitucionalidad la vía para cuestionarla, y no la explanada del Palacio 6 de Julio. Mucho menos aún paralizar actividades administrativas esenciales a la vida en paz y concordia de todos los días. Las reglas de la democracia se aplican para todos y para todas las situaciones. Guste o no a algunos.
Lo que pasa en la Municipalidad, por otra parte, no es puntual sino patológico. No es culpa de una persona o personas determinadas, más allá de las responsabilidades de turno de la conducción, ya sea política o sindical. Simplemente es la abjuración de la noción de servicio público, tanto a nivel institucional como de muchos. Es dejar la noción del poder como servicio, tan bien popularizada por el papa Francisco, para caer en la del poder como fuente de aprovechamiento personal, que tan bien y muy tristemente conocemos los argentinos.
Por fortuna, hay servidores públicos entre las filas municipales. Dignos herederos del viejo concepto de “funcionarios de carrera”, orgullosos de serlo. Son los que salvan un poco las cosas, frente a tal cuadro desalentador. Y, ciertamente, el principal elemento para mantener una esperanza de mejora a futuro.
Aprovechamos este último párrafo para desear felices fiestas de fin de año a todos nuestros lectores. Y adelantar que la semana próxima seguimos con tema, para desarrollar cómo se protesta sin jorobarle la vida a los demás.