ESCUCHAREl 18 de noviembre, la Cámara de Diputados de la Nación, con 147 votos a favor y ninguno en contra, otorgó media sanción al proyecto de creación del Instituto Nacional del Libro Argentino (INLA). El sector editorial espera ahora que durante el primer período legislativo del año entrante, el Senado concluya su tratamiento para poder anunciar su creación formal.
“Una de sus funciones principales será la promoción y el estímulo de la edición argentina”, explica Rodolfo Hamawi en el inicio de la entrevista. “Se trata de crear un órgano centralizado en donde lo público y lo estatal se conjuguen en función de otorgarle una dirección a la producción editorial nacional.
-¿Qué acciones implementaría?
– Una de las medidas que contempla el proyecto es promover la apertura de librerías en un sinnúmero de lugares y regiones donde no las hay. Promover el libro argentino en el exterior, subsidiar traducciones de autores argentinos para ser editados en otras lenguas; dar créditos para la edición de libros que por su especificidad no tienen la misma circulación comercial que tienen otros títulos, pero que son necesarios para el acervo cultural de la Nación.
– ¿Cuál sería su conformación interna?
– Existirá un Consejo Federal en el que tendrían representación todas las provincias.
– ¿Similar al que existe en la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual?
– Exactamente: en el ámbito de la Secretaría de Cultura hay un presidente y un vicepresidente y un órgano de dirección que está integrado por el Consejo Federal, compuesto, a su vez, por representantes de cada una de las provincias. Éste será el órgano de dirección del INLA, por lo tanto tendrá un clarísimo carácter federal. Y luego, contará con un órgano asesor en el que funcionarán las cámaras de editores, de libreros y escritores. Porque se busca, justamente, esta fusión entre lo público y lo privado. Una dinámica que permite, más allá de los ámbitos políticos, un funcionamiento gracias al cual se pueda tomar el pulso a las necesidades reales de la industria editorial, de los autores, de las librerías, e implementar así medidas que logren un eficaz impulso.
Más libros: ¿más lectores?
Otro elemento que contempla el proyecto es el beneficio fiscal en la cadena de producción. Hamawi explica: “El libro, como producto final, es el único exento de IVA. Por lo tanto es un beneficio a medias, pues en realidad todo el IVA que el editor va pagando en el proceso de producción se traslada al costo final del libro. Se trata entonces de que de las editoriales y las librerías inscriptas en el Instituto, puedan descontar del impuesto a las ganancias, todo el IVA que se va pagando en la cadena de producción. Pero 30% de esos descuentos deberán aportarlo al Instituto. Por lo tanto, éste tendría fondos a partir del propio desarrollo comercial del sector. Será como una especie de círculo virtuoso: si crece el Instituto, crece la producción, y por lo tanto, el INLA tendría fondos para desarrollarse”.
– Uno de los planteos de los editores del interior es el problema de la circulación y la venta de los libros fuera de los límites de sus provincias. ¿Han contemplado acciones en este sentido?
– El Instituto, básicamente, debe desarrollar los mecanismos de distribución. En Argentina s
