Fue el eje de las posturas que se debatieron en la Cumbre Financiera organizada por una consultora porteña. Creen que se incrementarán las oportunidades de negocios y destacan la confianza del mercado interno, que se refleja en el consumo. Pidieron que “se cuide más a los inversores”.
Empresarios de agronegocios, banqueros y desarrolladores coincidieron en que el cambio de gobierno renovará el optimismo para 2016, pero advirtieron de que la incertidumbre no se alejará hasta avizorar las “correcciones” que la economía necesita.
La llegada de un nueva gestión gubernamental con una impronta propia -sea quien fuere el que asuma el 10 de diciembre próximo para suceder a Cristina Fernández- está en el centro del análisis empresarial a la hora de proyectar negocios de mediano y largo plazos.
El debate ocurrió en la Cumbre Financiera organizada en un hotel porteño por la consultora Latin Finance, con el apoyo de bancos como el BNP Paribas, Credit Suisse, Superville, Banco de Empresas (Bacs) y entidades como la calificadora Moody’s.
Wenceslao Bunge, jefe de Bienes Raíces del Credit Suisse, opinó que los capitales están buscando “lugares seguros” para instalarse, ante tanta volatilidad en los mercados internacionales y por eso no llegan al país.
“Argentina dejó de ser un país relevante para las inversiones extranjeras”, dijo, y agregó que actualmente hay capitales que están esperando para venir al país, aunque oportunistas y especulativos más que para fines productivos.
Contrapunto
Gustavo Grobocopatel, CEO del grupo Los Grobo, se preguntó entonces qué es seguro hoy en el mundo y, al disentir de Bunge, ironizó que no hay nada más seguro que un cementerio y sin embargo nadie quiere estar allí.
“La institucionalidad que se reclama no resuelve nada. Si todos siguen sólo lo que dicen los diarios y los analistas sin mirar un poquito más allá del hombro, nos vamos a perder oportunidades porque vamos a estar seguros de que moriremos”, dijo Grobocopatel.
Con un marcado optimismo sobre el potencial del país, dijo que Argentina puede producir alimentos -con valor agregado- para 800 millones de personas (el doble de lo actual) y por ello el eje Asia-Pacífico está mirando hacia aquí.
Stacy Steimel, CEO del gestor global de activos PineBridge, opinó que Argentina está a un paso de salir de la nebulosa para generar inversiones extranjeras y sólo debe oír las recomendaciones que hizo el Banco Mundial sobre madurar su institucionalidad. “Hay un factor clave: la confianza de la gente. Ese indicador ya mejoró, pero si creciere fuerte podrían venir inversiones. Para ello: ¿está dispuesta Argentina a cuidar realmente a sus inversores?”, analizó.
El vicepresidente de la desarrolladora inmobiliaria IRSA y CEO de Cresud, Alejandro Elsztain, opinó que al país sólo le falta poder generar financiación de largo plazo y para ello necesita mostrar que su economía puede “corregirse”.
También en discrepancia de Bunge, Elsztain dijo ser “optimista” sobre la “calidad” del capital que llegará a la Argentina desde el próximo año y opinó que los valores especulativos son los primeros que se van y los primeros que regresan.
Según añadió Grobocopatel, “la seguridad” para los inversores está más “vinculada con la gestión de la incertidumbre y la flexibilidad para aprovechar el potencial, que por otros cambios o ajustes estrictos y puntuales”.
En ese contexto, los panelistas coincidieron en que todo cambio de gobierno es la renovación de las expectativas y si Argentina logra corregir desequilibrios como la inflación y la presión fiscal, podrá captar capitales para crecer con fuerza, dado que el optimismo ya está abonado por el potencial del país.