ESCUCHARPuertas afuera, el color, la plaza, El Abrazo y la magnitud del nuevo edificio corporativo de Tarjeta Naranja marcan un hito en la arquitectura de Córdoba. Puertas adentro, los espacios pensandos para el bienestar de los colaboradores fomentan la vivencia de los valores que pregona la empresa.
Lo que comenzó hace treinta años en el garage de la familia Asrín, hoy emerge como un ícono de 12 pisos y se convierte en el prototipo de arquitectura local, capaz de expresar de la manera más acabada posible, el mensaje y la cultura de trabajo que vivencia y pregona Tarjeta Naranja.
Se trata, no del edificio corporativo de Tarjeta Naranja, sino de su “Casa Naranja”, según aclara David “el jefe” Ruda, en alusión al lugar donde la comunidad Naranja puede encontrarse por demás “a gusto” y hallar los “condimentos que tienen todas las casas”.
El edificio cuenta con lugares propicios para la colaboración y la comunicación, como sitios de esparcimiento, de reuniones informales, quinchos, estacionamiento para autos y bicis, plazas internas y públicas, por nombrar sólo algunas de las improntas que deja el estilo “Naranja” para sus colaboradores y para la comunidad cordobesa en general. “Son pensados con lugares de trabajo accesibles y amigables para estimular el desarrollo personal y profesional de la gente”, aseguran en la empresa.
Por su escala, diseño y color vibrante, Casa Naranja se convierte en un emblema para la ciudad, atravesado por el denominador común de la calidez, la tecnología y la sustentabilidad. Está ubicada en La Tablada 451 e integra junto al edificio La Fábrica y al ex Feigín -que a futuro serán oficinas también-, un complejo de 25 mil m2 y 1.400 colaboradores.
Específicamente, en este edificio que se erige frente al río Suquía, la empresa invirtió 300 millones de pesos a lo largo de los tres años y medio que duró la obra. Es una torre de 13 pisos, de 60 metros de altura y 14.500 m2 cubiertos, que da lugar a más de 700 puestos permanentes de trabajo. Cuenta con importantes sectores de acceso público, como una plaza, museo y auditorio para 130 personas.
Allí se agrupan las direcciones de Sistemas, Comercial, Operaciones, Relaciones Institucionales y Directorio.
La columna del proyecto
Los elementos clave del proyecto, diseñado por el reconocido estudio Atelman / Fourcade / Tapia (AFT) son los conceptos de “innovación, eficiencia y alegría”, sobre la que se diseñó cada espacio. Casa Naranja se distingue por su color, logrado por medio de un sistema de doble fachada conformado por una piel de lamas coloridas que lo envuelven y expresan la identidad de la empresa, de ahí la vibración cromática elegida, basada en el tono naranja.
Aporta numerosos servicios de uso común que brindan comodidad y confort, como estacionamiento en subsuelo para autos y bicis, vestuarios completos con ducha, vestidores y lockers. En planta baja cuenta con asadores y en la terraza existe un quincho para reuniones informales.
El comedor se erige en un volumen anexo de tres niveles y tiene capacidad para 460 personas, donde se destaca el diseño y color en la ambientación, con un estilo informal y alegre. Los materiales ponen énfasis en el mantenimiento y limpieza. Este edificio es independiente de la torre de oficinas y es compartido por todos los colaboradores del complejo.
En los pisos de oficina se encuentran los “Espacios Naranja”, lugares de reunión alternativos e informales, que interpretan el espíritu de trabajo que se estimula en Tarjeta Naranja, donde se prioriza lo humano. Son espacios de doble o triple altura dispuestos como livings con sillones de diferente tipo y colores, y mesas que permiten distintas configuraciones de grupos de trabajo o charlas.
El equipamiento sigue las líneas contemporáneas del diseño del edificio poniendo énfasis en la funcionalidad. Los materiales siguen la estética, utilizando el color blanco como base para la composición sobre la que se destacan detalles color naranja. Las sillas también aportan color mediante sus tapizados.
El edificio además cuenta con dos grandes espacios al aire libre para sus colaboradores. El patio central funciona a manera de galería de conexión integrando los distintos edificios de la manzana, y cuenta con bancos y equipamiento para comer al aire libre, además de un jardín vertical de imponente dimensión.
El patio principal, llamado Pulmón Naranja, de 1.500m2, tiene bancos que forman la palabra Naranja a gran escala, resultando legible desde un avión.
Una sede abierta a la comunidad y al medio ambiente
El edificio se abre a la comunidad mediante espacios de acceso público en su hall en planta baja y subsuelo, pensados para un uso de extensión sociocultural. Allí se encuentran el Museo y Auditorio de los Amigos para 130 personas especialmente diseñado con los más altos estándares en acústica y sonido. En adelante, la empresa inaugurará un programa con actividades diversas como conferencias, muestras de arte y conciertos, entre otras.
En la explanada al ingreso principal, se encuentra la plaza Naranja de 1.200 m2, que comunica al edificio con la ciudad. Está jerarquizada por una gran escultura, El Abrazo -de siete metros de alto- diseñada por David Ruda junto con el estudio AFT.
Esta plaza tiene también una fuente de chorros de agua y otras esculturas de figuras humanas representando diferentes actividades, a escala real hechas en resina.
Vocación sustentable
El edificio está diseñado con conceptos de sustentabilidad. Se puso énfasis en la racionalización y reducción del consumo de agua, reciclando el agua de uso corriente, que se almacena, filtra y se vuelve a utilizar en las descargas de inodoro. Asimismo, se recolecta el agua de lluvia y se reutiliza en todo el sistema de riego. Las lamas de colores son funcionalmente la piel del edificio, y su orientación responde a criterios de insolación y eficiencia térmica que ayudan a disminuir el consumo energético.
