miércoles 27, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Schiaretti habló de “modelo agotado” pero también de “buenas perspectivas”

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Dijo que el kirchernismo tiene una concepción “feudal” del poder y que se maneja a “látigo y chequera”. Cuestionó la macro basada siempre en las mismas herramientas y, aunque no lo dijo de manera explícita, dejó entrever que una suba del dolar es cuestión de tiempo. De todas formas dijo no ver una situación “terminal” y consideró que hay buenas perspectivas. Habló de reforma tributaria y anticipó que hasta “fines de noviembre” no adelantará nombres ni plazos de las medidas que tomará.

El gobernador electo, Juan Schiaretti, criticó en duros términos al Gobierno nacional, al que tildó de tener una “concepción feudal del poder”, al tiempo que estimó que el modelo “está agotado” y su final “es cuestión de tiempo”.
En el marco del discurso de cierre del Coloquio Industrial organizado por la Unión Industrial de Córdoba (UIC), Schiaretti cuestionó las políticas económicas aplicadas por la Nación, entre las que citó el ancla cambiaria, la emisión monetaria y la suba de tasas que, según consideró, recrean una bicicleta financiera y “matan al complejo industrial, lo dejan fuera de competencia”.
En la misma línea, recordó que mientras otros devalúan, el peso se revalúa para frenar los precios y se alcanza una “falsa sensación de estabilidad”, dejando entrever la posibilidad cierta de una devaluación. Con todo, más tarde, Comercio y Justicia le consultó respecto del tema. El mandatario electo evitó opinar y consideró que el futuro gobierno deberá tomar ese tipo de decisiones.

De cualquier manera, dijo que “nunca una devaluación por sí sóla mejora la competitividad”.
Como fuere, el mandatario electo dijo que “vienen buenos tiempos” al recordar que si bien los precios de los commodities agrícolas bajaron en el mundo, están muy por encima de los valores de 20 años atrás.
En ese marco, consideró que los principales socios argentinos -y en parte de Córdoba-, China y Brasil, superarán la coyuntura actual.
“China sigue creciendo aunque no al nivel de antes y Brasil se recuperará pronto”, vaticinó.
El mandatario evitó avanzar en las decisiones que tomará después del 10 de diciembre. “Vamos a cumplir con las promesas de campaña pero no voy a hablar más del tema ni del equipo que me acompañará hasta fines de noviembre, por respecto al Gobierno en funciones”, aclaró.
Con ese parámetro, evitó pronunciarse sobre qué pasará si el próximo gobierno se niega a financiar el déficit previsional de Córdoba a tenor de los compromisos fiscales que tendrá por delante ante el abultado déficit de las cuentas públcias nacionales.
“Vamos a cumplir las promesas”, dijo escueto, y eludió precisiones sobre las fechas en que eliminará el déficit previsional y la Tasa Vial.

Feudalismo
Schiaretti inició su discurso con un parangón entre el Gobierno nacional y un “señor feudal”. En esa línea, dijo que esa concepción, la misma que existe en “algunas provincias chicas”, contempla la concentración de los recursos “en manos del señor feudal”.
“Tratan bien al que se somete y mal al que no. Es la política del látigo y la billetera. ‘Si gano las elecciones, manejo todo’”, graficó. En términos económicos, aseguró que esa política se traduce en “exacerbar el consumo para poder ganar las elecciones”.
“A la región pampeana le sacaron mucho más de lo que le dieron”, consideró. Situándose imaginariamente en el lugar de la presidenta, parafraseó: “¿Y para que les voy a dar si sé que no me van a votar?”.
Acto seguido, Schiaretti avanzó en un análisis de la situación económica y el modelo vigente. Reconoció que en los primeros años “les dio resultado”. Con todo, cuestionó que se ese repunte se asentara en un único instrumento vinculado con el consumo del mercado interno, sin apuntalar la inversión.

“No hay instrumento de política económica que sirva todo el tiempo. Hay un momento en que se vuelve en contra. Lo único que garantiza el progreso sostenido de los pueblos es la ganancia de productividad”, consideró.
En esa línea, criticó la insistencia en los mismos instrumentos de política económica que, a la larga y en contextos diferentes, no tienen los efectos deseados. Al respecto, recordó que a los sectores que plantearon disidencias, se los buscó disciplinar con la política de “látigo y chequera”.
“Pero esto termina con un ciclo que lleva 23 meses de caída”, alertó, con relación a la actividad industrial.
En ese marco, consideró que “no hubo un proceso de sustitución de importaciones” en el país y que ese dato queda corroborado con la evolución negativa que mostró la balanza comercial del sector industrial, respecto del Producto Interno Bruto (PIB).

Ancla cambiaria y falsa estabilidad
“Pero todo llega a su fin”, dijo para hacer referencia a que hoy rige “la tablita de Martínez de Hoz aumentada y mejorada”.
En ese contexto, mencionó una serie de medidas económicas vigentes, entre ellas el ancla en el tipo de cambio, la suba de tasas y la emisión monetaria que, según consideró, alientan la “bicicleta financiera y matan al complejo industrial; lo deja fuera de competencia”.
Fue entonces cuando habló de las devaluaciones en socios comerciales mientras en Argentina el peso se revalúa como ancla de los precios.
“Esa política crea una falsa sensación de estabilidad”, consideró luego ante este medio y reconoció que el próximo gobierno deberá abordar este “aquelarre de precios relativos, resolver este desbarajuste”.

“Este modelo está agotado y es cuestión de tiempo”, retomó. En ese sentido, planteó pasar a otro esquema y aprovechar “el viento a favor en el mundo” al recordar que si bien los precios de las commodities están deprimidos, son mayores que 20 años atrás.
“Vienen buenos años para el país”, consideró. Respecto de la industria, se manifestó por apuntar hacia la especialización en el marco del Mercosur.
“No veo una situación terminal en la macro”, aseveró, y recordó que la relación deuda/PBI es baja y la balanza de pagos es positiva.
Con todo, pidió medidas al próximo gobierno y aprovechó para solicitar el voto para José Manuel de la Sota en las próximas PASO, el único que habló de un “plan concreto”, frente a las “generalidades” de los demás.

Reemplazo para Ingresos Brutos
IVA provincial, otra vez en el discurso

Juan Schiaretti apuntó luego a la industria y pidió defender una política para el sector en la que el gobierno tenga un rol activo que mejore la competitividad. En ese marco, habló como futuro gobernador y mencionó que, entre sus políticas para el sector, incluirá infraestructura, educación e innovación (creará una Agencia de Innovación), financiamiento (Bancor será una herramienta clave para el sector, una vez saneado) y una reforma tributaria. Allí defendió una presión fiscal a nivel país superior a 30% para poder financiar el Estado y sus políticas. De todas formas, el mayor énfasis llegó por el lado de uno de los puntales de su campaña: reemplazar Ingresos Brutos por un IVA provincial que, según dijo, permitirá a las provincias como Córdoba manejarse con mayor independencia respecto de los giros nacionales. “También terminará con las denominadas aduanas internas que gravan los productos fabricados en otras provincias”, dijo.

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