Si bien el plan de viviendas tiene un avance promedio de 35%, la infraestructura prácticamente no arrancó y tampoco hay novedades sobre los nexos de servicios básicos. Las casas estarían habilitadas recién en 2017. La irregularidad en la curva de inversión derivó en falta de reconocimiento de mayores costos o bien retraso en esos pagos por parte del Hipotecario.
Las 1.753 viviendas del plan ProCreAr -que la Nación ejecuta en barrio Liceo de la ciudad de Córdoba y que fueron adjudicadas en marzo de 2014- recién estarían concluidas en 2017, aunque su habilitación podría demorar aún más, en función de la falta de avance en la infraestructura de la urbanización.
El dato surge de un sondeo de Comercio y Justicia entre las empresas adjudicatarias de las obras, cuyo plazo de ejecución original fue fijado en hasta 18 meses.
Según pudo conocer este medio, las obras se encuentran con un avance promedio de 35 por ciento, dependiendo de cada sector. Esa evolución -en principio- está dentro de los plazos previstos tras la firma de los contratos respectivos.
No obstante, el problema viene por el lado de la infraestructura y también por la dinámica de los pagos y el reconocimiento de costos.
Respecto al primer punto, la infraestructura del predio fue adjudicada a la UTE integrada por las empresas Casa, Ingeniería y Trujillo y ARC. El punto es que ese acto se produjo recién meses después de la adjudicación de las viviendas. Con plazos de obra similares, ese frente de trabajo está ciertamente atrasado. Ocurre que las empresas no tienen posibilidades de avanzar de manera concreta por no contar aún con los proyectos ejecutivos para la provisión de servicios básicos como los prestados por Aguas Cordobesas, EPEC y Ecogas.
El costo de llevar esos servicios a la futura urbanización no es un dato menor y es negociado por el Banco Hipotecario con cada una de las prestatarias. Se trata de los nexos de infraestructura, proyecto clave para el desarrollo inmobiliario, sin el cual el futuro barrio se convertiría en una suerte de “pueblo fantasma”.
Los trabajos y la inversión que implican esas conexiones al predio no es un tema menor.
Desde hace tiempo, EPEC, por ejemplo, exige que las obras sean costeadas por los urbanizadores. En el caso de Ecogas ocurre algo similar.
En ese marco, si no se define la ejecución de esos trabajos y los proyectos para cada uno de esos servicios, la adjudicataria de la infraestructura no puede avanzar con la dinámica necesaria para llegar a tiempo con las obras que, desde ya, estarán concluidas tiempo después que las viviendas al menos en función de la evolución de los plazos hasta ahora.
Precios y pagos
El otro frente de conflicto que por ahora sólo genera malestar aunque no una situación crítica, es el vinculado con los pagos.
En rigor, a diferencia del tema de la infraestructura, la dinámica de certificaciones y reconocimiento de costos no es privativa de Córdoba sino que se replica en prácticamente todos los desarrollos urbanísticos de ProCreAr en marcha en el país.
De hecho, la Cámara Argentina de la Construcción (CAC) ya alertó al Gobierno nacional sobre esa situación.
Según pudo conocer este medio, el punto es que los pagos tienen una demora ciertamente mayor que la estipulada por contrato en tanto que las redeterminaciones tampoco salen en tiempo y forma.
El problema, entre otros, es que ante un eventual atraso en la curva de inversión por parte de la empresa adjudicataria, retraso que muchas veces es ajeno a la compañía, los costos y certificaciones no se reconocen al menos en una primera instancia.
Esa situación ha generado el atraso en parte de las obras, admitieron las empresas consultadas.
El avance del desarrollo del ProCreAr en barrio Liceo es el más importante frente de obra en materia de viviendas en los últimos años en Córdoba, luego del fallido Hogar Clase Media de 2005, cuya ejecución apenas superó las mil casas después de 10 años.
En ese marco, en función de la cantidad de mano de obra ocupada, el avance del plan resulta clave para la ciudad y para miles de cordobeses que esperan el eventual sorteo de las viviendas, luego de la inscripción en el programa bajo la modalidad sin terreno. El ProCreAr de Liceo fue adjudicado el 5 de marzo de 2014 en un acto que encabezó el titular de Anses, Diego Bossio. Según se informó entonces, el proyecto incluía la construcción 1.753 viviendas, “que beneficiará aproximadamente a 7012 personas”.
El predio, próximo al Liceo Militar General Paz (Barrio Liceo). está ubicado en las calles Germán Berdiales, Julio Arboleda, Av. Rancagua y Calixto Oyuela, y cuenta con una superficie total de 82,6 hectáreas y una superficie edificable de más de 16 hectáreas (164.957 m2). El proyecto contempla el uso residencial semiexclusivo, estacionamiento propio para 126 viviendas y 26 locales comerciales que se ubicarán en la planta baja.
Asimismo, los departamentos a construir serán de uno, dos (muchos de ellos aptos para discapacitados) y tres dormitorios, además de dúplex. El proyecto se encuadra en la cuarta licitación y el monto de inversión de la obra civil proyectada para los 17 sectores es de 905,3 millones de pesos, con un plazo máximo de construcción de 18 meses. En esta oportunidad se adjudicaron 13 sectores por un monto de 817 millones de pesos. Las empresas constructoras fueron Riva SA, Sadic SA, AMG Obras Civiles SA, Empresa Constructora de Obras Públicas SA, Estructuras SACI CIF, Constructores Asociados SA y Ernesto Tarnousky SA.