ESCUCHAR“Mucha gente necesita del crédito”, dijo el presidente de Tarjenta Naranja, quien planea duplicar la estructura y plantel del plástico en “el menor tiempo posible”. Inauguró la Plaza Naranja, antesala de su próxima sede corporativa.
“Queremos pintar de Naranja de punta a punta el país”, dijo ayer el presidente de Tarjeta Naranaja, David Ruda, en relación con su objetivo de duplicar la cantidad de sucursales y colaboradores en todo el territorio argentino.
Actualmente, la empresa cuenta con 200 sucursales y 4.000 empleados distribuidos desde Usuahia hasta La Quiaca, números que en función de la “necesidad de crédito” se duplicarán, según confirmó “el jefe”, en el marco de la inauguración de Plaza Naranja y la escultura El Abrazo, íconos del lugar donde próximamente funcionará la nueva sede corporativa, ubicada en La Tablada 451.
Camino a esa meta, Ruda confirmó que el eño que viene abrirará la misma cantidad de sucursales que este año, es decir alrededor de seis.
También indicó que hay varios proyectos en cartera, tanto como otros que han debido ser abortados por los riesgos económicos del momento. “Teníamos alquilado en dólares un local en Florida, Buenos Aires, donde íbamos a tomar a 50 personas, debimos devolverlo porque entendimos que no ibamos a poder llevarlo adelante”, precisó.
Consultado por un grupo de periodistas acerca del comportamiento del consumidor en estos tiempos, indicó que “compra en planes de largos de cuotas porque es una buena manera de hacer frente a la inflación”. En cuanto al porcentaje de mora, eludió dar precisiones de aumento o estabilidad, señalando “que ha escuchado decir que hay gente que lo primero que paga es Naranja y con el resto ve lo que hace”. Remarcó que la tarjeta es destinada netamente al consumo y que el ranking está liderado por hipmercados y supermercados, luego por indumentaria y calzados y finalmente por electrodomésticos, categoría que “tiene sus picos”.
Al margen de los proyectos de expansión, Ruda confirmó que también “tiene en mente otros productos” que podrán ser potenciados gracias al “canal naranja”, que hoy distribuye la Revista Convivimos, con 550.000 suscriptores, y la revista del diario La Nación, sobre la que aseguró que “de otra manera no podría tener un alto nivel de llegada”.
“Tenemos muchas ideas, lo importante es actuar en función de lo que sabemos hacer y de lo que necesita la gente”, acentuó el presidente de la firma que tiene 7,5 millones de plásticos en todo el país.
Un hito
En el acto inaugural de la Plaza Naranja, Ruda confió en que ese espacio se convertirá en un “hito urbano” por cuanto se intervino un ámbito público con colores, ideas artísticas y con la escultura El Abrazo, de siete metros de alto, como símbolo de “calidez y amistad”, propio de la cultura de trabajo que pregona la empresa.
Dijo que ese modo de reconvertir un espacio público dejó en evidencia el compromiso de la gente, tanto en aceptar la invitación a “dejar mensajes por escrito” asó como en la no invasión de graffitis ni pintadas innecesarias. “Es la única forma que tenemos de poder intervenir en lo público”, remarcó, al tiempo que recordó que los murales artísticos expuestos en los alrededores -que se renuevan periódicamente- son donados a escuelas en su mayor parte, y en menor medida a algunos museos.
La inauguración de este espacio es la primera parte de una gran apuesta de Tarjeta Naranja, consistente en la puesta en marcha de su sede corporativa. El edificio ya está habilitado en el segundo piso, donde trabajan 65 colaboradores, y quedará completamente en marcha dentro de un mes, tras la mudanza paulatina de un total de 700 empleados. El inmueble se integra al edificio La Fábrica, ubicado atrás, con 600 personas.
