ESCUCHARLa Alzada aclaró que el recurrente tendrá que afrontar los planteos por gastos extraordinarios que podrán suscitarse, para asegurar la concurrencia del joven a la escuela y su regreso seguro al hogar materno.
La Sala L de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil hizo lugar al pedido del padre no conviviente de un menor y resolvió que curse el ciclo lectivo en un colegio de una localidad bonaerense y y no en la institución que propuso la madre, ubicada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Así, revocó el fallo de primera instancia y enfatizó que el chico, de 13 años, manifestó su deseo de ir a la escuela que sugirió su papá; ello así, porque está cerca del club de fútbol donde entrena, de sus amistades y de los lugares donde realiza actividades extracurriculares.
En su fallo, la Alzada aclaró que, en caso de ser necesario, el recurrente tendrá que afrontar planteos por gastos extraordinarios de traslado, para asegurar la concurrencia del joven al colegio y su regreso seguro al hogar materno.
“No se trata de dilucidar aquí las razones de los padres para preferir cada uno un establecimiento educativo, sino priorizar la situación del menor y ahí radica el interés superior del menor, que cuenta con una edad de 13 años”, subrayó la Cámara.
Actividades
En tanto, reseñó que la cercanía del colegio elegido por el padre al club donde el menor realiza actividades deportivas aconsejan que se admita la propuesta educativa de éste, con carácter provisorio para el año lectivo en curso y sin perjuicio de lo que pueda resolver sobre la guarda o la tenencia.
“No se trata de premiar ni castigar la actitud de la progenitora, sino de verificar cuál es la situación más conveniente para el menor que, en el caso, pasa por hacerle más cómodo y práctico su cotidiano trajinar en función de sus actividades y de la intensa actividad deportiva que quiere mantener”, explicó finalmente el tribunal.
