En la era cuando las redes sociales se convirtieron en una herramienta clave para la comunicación con los votantes, 70% de los candidatos adaptó sus campañas electorales a la realidad digital.
Ante una realidad en la que la mayor parte del electorado convive activamente participando e informándose en el mundo digital, los candidatos políticos enfrentan el desafío de innovar para acercarse a la gente y construir una imagen positiva que los favorezca al momento del voto.
Según informó Becom1 (www.becom1.com), agencia de comunicación especializada en marketing y campañas digitales, para las elecciones de octubre 2015, 70% de los candidatos está desarrollando estrategias de marketing político 3.0 en comparación a las elecciones 2011, cuando sólo 25% las empleó.
Este fenómeno se debe a la realidad del marketing político digital, que bien manejado es efectivo, medible, de efectos inmediatos, permanente, masivo y de bajo costo. Además, tiene la ventaja de permite a los candidatos comunicarse en forma segmentada con los votantes, según sus temas de interés.
En este sentido, “una campaña 3.0 es lo mejor y más efectivo que hay para establecer contacto, generar participación, comunicación y para influir al electorado. En las campañas 3.0, los votantes amplifican y participan de la comunicación del candidato entre sus amigos, seguidores, etcétera, incluso con el mismo candidato, de forma directa o indirecta”, aseguró Mariano Tato, CEO de Becom1.
Según los expertos, el marketing político en las redes sociales y cualquier otro medio digital tendrá una gran relevancia en estas elecciones 2015, ya que en el supuesto de un empate técnico y la probabilidad de ir a segunda vuelta, estas plataformas serán tanto o más influyentes a la hora de la decisión del voto, sobre todo en los segmentos de los más jóvenes.
“El 4,5% del electorado de 2015 tiene entre 16 y 17 años. Es decir que los jóvenes que votarán por primera vez a un candidato presidencial podrían aproximar a la victoria al contendiente que sepa comunicarles el mejor futuro”, destacó Tato.
Esta porción del electorado es permeable a recibir mensajes directos, pero para que esto ocurra los mensajes deben entretener y generar disfrute. Por eso, quienes deseen captar al electorado joven, deben difundir de forma constante mensajes directos y contenidos creativos, que vayan generando atracción.
Becom1 estima que 50% del electorado argentino tiene una valoración muy importante de las redes sociales; por lo tanto, si los recursos son bien utilizados, pueden llegar a aportar hasta 5 puntos porcentuales de diferencia para un candidato. Es decir, puede asegurar el fracaso de cualquier candidato y, por el contrario, el éxito sobre una gran masa de los votantes.
Redes, sitio de debate
Las redes sociales son universales y de libre alcance. Ofrecen un espacio para personas apasionadas con temas que comparten y apasionan a otros, y su compromiso con esos temas a veces se filtra a otros aspectos de sus vidas.
La consultora destaca que los políticos deben comprender que Argentina es el país con más incidencia en las redes del mundo y uno cuyo porcentaje de usuarios de redes sociales equipara la mitad de su población. “En Argentina, 97,6% de la población mayor de 15 años accede a sitios de redes sociales en comparación al año 2011, cuando el porcentaje era de 68%. Además, 40% de los usuarios tiene una interacción activa en las redes”, señalaron en la agencia.
Aproximadamente 34,5% de los argentinos adultos se involucra en actividad política de comunidades web, de acuerdo con estadísticas de Becom1.
En función de esto, Facebook y Twitter se destacan como las redes sociales que más voces aportan a la discusión y agilizan la verificación de las declaraciones de los políticos. A los pocos minutos de que algún candidato realiza un posteo, se registran reacciones en Twitter apoyando su opinión o disintiendo de ella, o sobre si lo que dijo es cierto o no.
El poder de las redes sociales quedó en evidencia ante los recientes acontecimientos de coyuntura política, como el inicio de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación o la muerte del fiscal Alberto Nisman, cuando los usuarios no sólo buscaron informarse sino también participar en los procesos de debate que la información produjo. “La marcha del ‘18F’ tuvo por ejemplo un pico de conversación en medios digitales con un total de 2.4 mil millones de impresiones”, informó Mariano Tato.
Primero planificar
Al implementar una campaña política 3.0, el equipo de marketing debe evitar cometer el error de creer que lo que funcionó bien hasta el momento, ya sea la comunicación de gestión o del período preeleccionario, aún puede funcionar para la campaña.
“Una campaña presidencial es como una carrera de fórmula 1. Se necesita de un equipo especializado en estrategia, creatividad, tecnología, comunicación, medios, analítica, big data y profesionales como sociólogos de redes, semiólogos, etcétera. El principal error es creer que si corrés bien rally podes correr en formula 1. Una carrera presidencial es todo o nada”, destacó Tato.
Según los especialistas, una acción en las redes sociales debe ser correctamente analizada y medida para identificar las vulnerabilidades del candidato, definir el centro de gravedad sobre el cual se va a colocar el esfuerzo de campaña, los factores críticos y decisivos a comunicarse. Es decir, una correcta evaluación previa al lanzamiento de campaña permite volcar las energías de trabajo en los aspectos a potenciar del candidato, detectar sus fortalezas para amplificarlas, como también para oponerlas a las de sus competidores, sobre la misma audiencia. En este proceso, medir y planificar es fundamental.