“Lamento su muerte como la de cualquier argentino, pero también quiero decir que leí profundamente tanto la denuncia como la sentencia del juez (Daniel) Rafecas, que habla por sí sola”, dijo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante el último tramo de su discurso.
“¿Con cuál Nisman me quedo? ¿Con el que me acusa de encubrimiento o con el que se dirige a mí reconociéndome todo lo que habíamos hecho y dicho para que yo me presente ante el Consejo de Seguridad?”, se preguntó la jefa de Estado.
Además, sostuvo que la denuncia del fiscal federal debió haberse llamado “Nisman versus Nisman” por las contradicciones que figuran en “dos documentos de puño y letra firmado por el doctor Nisman, uno fechado en diciembre del 2014 y el otro, en enero de 2015”, que dicen “exactamente lo contrario a lo que dijo luego en su denuncia”.
Fueron ésos quizás los momentos más encendidos de su discurso, cuando exigió “que no utilicen más la causa AMIA y pidan justicia en serio, que el Poder Judicial actúe en serio, porque lo que ha pasado es bochornoso”.
La mandataria comenzó a hablar sobre los atentados a la AMIA y la Embajada de Israel cuando los diputados Claudio Lozano (Unidad Popular) y Berta Arenas (Compromiso Federal) mostraron carteles en los que pedían una comisión investigadora. “No necesito carteles para hablar de AMIA. Hablo desde 1994 denunciando encubrimiento de (el ex juez federal Juan José) Galeano y pidiendo justicia”.
En ese contexto, la jefa de Estado denunció: “La utilización política de la causa AMIA, donde hay 85 víctimas que piden justicia, asquea, porque la utilizaron y la siguen utilizando desde fuera y desde dentro para hacer geopolítica”.
En su mensaje de apertura de las sesiones ordinarias, Cristina recordó en forma encendida su intervención en la causa AMIA desde 1994 a la cual calificó como “un tablero de operaciones políticas, un tablero de ajedrez de la política nacional e internacional”.