Director Ejecutivo o CEO de una bodega (El Zorzal) que desde 2008 está dedicada a elaborar vinos no sólo de alta calidad sino también productos de una enología de respeto y no invasiva, Mauricio Boullaude ejerce y difunde la práctica de la responsabilidad empresaria, alentando las relaciones sinérgicas entre empresas, con el objeto de lograr una Mendoza sustentable.
-¿De qué se tratan los procesos sustentable que se aplican en la producción de vinos?
-Son múltiples las acciones sustentable que se pueden llevar a cabo como la agricultura sustentable (fertilización y manejo de agroquímicos), el uso de riego tecnificado para disminuir la huella de agua, la enología natural (eliminando el uso de productos enológicos artificiales, el control del uso de agua durante el proceso enológico y tratamiento de efluentes), el uso de energías renovables mediante calefones solares y uso de botellas livianas en el packaging. Desde 2009, con nuestra primera cosecha en la bodega propia, estamos trabajando en mejorar la sustentabilidad de nuestro proceso, ya que entendemos que el éxito a largo plazo va de la mano del cuidado del terroir (terruño), de entregar a nuestro consumidores productos naturales. Además, los mercados son cada vez más exigentes en la vitivinicultura sustentable. No obstante, tenemos planes que nos desafían aún más a futuro, tales como la certificación del protocolo de sustentabilidad, la medición de la huella de carbono y la certificación del comercio justo.
-¿La industria vitivinícola está implementando este tipo de medidas en Argentina? ¿Y en el mundo?
-Sí, la industria argentina comenzó a trabajar hace 10 años en la temática y con más fuerza en los últimos tres. Desde Valos (asociación empresarial que presido, dedicada a promover acciones de Responsabilidad Social Empresaria en la provincia de Mendoza ) formamos parte del Foro Intersectorial para un Vitivinicultura Sustentable (www.fiavis.org.ar), mesa en la que se discute y promueve a largo plazo la sostenibilidad de la industria. También, desde la asociación empresarial Bodegas de Argentina se está trabajando, entre otras acciones, en la aplicación de un Protocolo de Sustentabilidad para la Industria Vitivinícola Argentina y la promoción del consumo responsable (wine in moderation). Asimismo, hay bodegas que individualmente ya han certificado líneas de vino en huella de carbono y comercio justo (fair trade). En el mundo -en todos los continentes- hay una gran preocupación por la temática. Los neocelandeses, por ejemplo, fueron pioneros en vitivinicultura sustentable; asociaciones como la California Sustainable Winegrowing Alliance tienen una alta adhesión y en Europa numerosas bodegas adhirieron a un decálogo de acciones para el cuidado del medio ambiente (Wineries for Climate Protection – Barcelona 2011).
-¿Cómo ve la evolución de la industria del vino en cuanto a la gestión responsable? ¿Por dónde pasan los desafíos?
-La industria vitivinícola viene evolucionando de manera acelerada, en gran parte porque es uno de los pocos productos argentinos que tiene que competir internacionalmente en los principales mercados mundiales con Marca Argentina. Si rápidamente no igualamos los avances a nivel mundial corremos el riesgo de perder importantes mercados. Con respecto a los desafíos, estos pasan por dos frentes: el externo, donde hay que poner foco en las exigencias del mercado como por ejemplo la medición de huella de carbono, y el interno, que exige atender temas como la disminución de precipitaciones níveas y pérdida de reservas en glaciares que nos obligan al cuidado del agua fundamental para los viñedos y los proceso productivo. Otros aspectos son el manejo responsable de agroquímicos para el cuidado del terroir y la biodiversidad. Finalmente, la función social, ya que las bodegas tienen como proveedores a miles de pequeños viñateros cuyas unidades productivas también tienen que ser sustentable y sostenibles económicamente en el tiempo.
-¿Los consumidores valoran el esfuerzo respecto de la sustentabilidad?
-En general los consumidores valoran los productos sustentable por sobre los que no lo son. Cada vez hay más interés en productos naturales, orgánicos y biodinámicos. Esto también se ve reflejado en el interés de los importadores y distribuidores. Por ejemplo, en Suecia (donde el Estado tiene el monopolio de compra de alcohol) cada vez exigen más vinos argentinos con la certificación de comercio justo.