La persistencia de la recesión en Europa Central y Occidental más la extrema lentitud que caracteriza en ese aspecto a la economía de Estados Unidos condicionan cada vez más la coyuntura mundial y no aportan elementos que permitan hacer pronósticos fundados sobre lo que puede suceder en 2015.
Las intervenciones de los miembros más conspicuos que convocaron el Coloquio de IDEA, máximo referente del liberalismo autóctono, hicieron conocer los principales objetivos que se han propuesto para el caso de que logren acceder o influir decisivamente sobre el nuevo gobierno que comenzará su gestión a partir del 10 de diciembre del año próximo.
Los temas expuestos, en general, postulan una marcada reducción en la actividad del Estado y ponderan la virtual transferencia al sector privado de lo que consideran prioritariamente les corresponde a ellos. Dado que existe un alto nivel de concentración, es obvio que podrían así “abrir” con toda amplitud el mercado y, por tanto, acentuar su grado actual de dependencia respecto a lo que suceda en él.
La posición predominante es la previsible y armoniza con su trayectoria, que hace recordar lo sucedido durante la última década del siglo XX cuando terminó llevando el país a una encrucijada que sólo podía conducir a una violenta eclosión, tal como sucedió en los hechos con singular virulencia, a lo largo del trienio 1999/2002. Fue tan extremo el planteo lanzado por algunos oradores que incluso en el seno de los presentes se suscitaron objeciones y hasta rechazo de tales lineamientos.
Un hecho nada accidental
Pocos días después, un acto semejante fue protagonizado por el titular de la Cámara de Exportadores, Enrique Mantilla, mediante un muy meditado comunicado de prensa por el cual se expidió rotundamente sobre una serie de aspectos en forma inequívocamente crítica; propiciando sin eufemismos un cambio total. Según lo referido, consideró que el Gobierno “…sigue una política puramente defensiva, de baja autoestima sobre el potencial exportador del país”, sin tener en cuenta las ventajas que significaría disponer de “…una política de redespliegue para favorecer el desarrollo de las fuerzas productivas”. Para que no quepa ninguna duda, convocó, sin ningún tipo de eufemismo, a “…desmantelar los derechos de exportación”, viabilizando la instauración de “…una nueva estrategia nacional que se alinee con el ideario que postula la Organización Mundial del Comercio”.
Para redondear su pensamiento, en otro párrafo -no menos elocuente- sostuvo que “El déficit fiscal con alta carga impositiva sobre el sector exportador y los desequilibrios que expresa la alta inflación deben ser encarados y corregidos”. Una objeción aún mas acerba recayó sobre la proyección de las exportaciones a realizarse en 2015, considerándola “…totalmente inconsistente con el precio de los granos, que han caído en el orden de 33% en 2014 con respecto a 2013”.
Fundado en esa realidad actual, evaluó que “los valores para 2015 están en una meseta ondulante y no se ven fuertes correcciones al alza”.
Pese al tono utilizado -que excede en mucho una simple disidencia conceptual abierta a discusión y análisis- no vaciló en autoungirse en el “dueño y vocero más autorizado de la verdad absoluta”.
En función de ello, pasó a considerar a los legisladores oficialistas como protagonistas de una posición que evaluó como de “obediencia debida”. Ante esa visión crítica, aprovechó para completarla lanzando dardos contra el Poder Ejecutivo, llevándolo al extremo de considerar ciertos actos de éste semejantes a los de “la dictadura militar” -expresión transgresora y en una evidente falta del más elemental respeto…-.
El desusado y tan subido aire confrontativo causó lógico malestar. Más de 30 dirigentes empresariales de primera línea, quienes asistieron al Coloquio de Idea, rechazaron prestamente, por la forma y por el fondo, el conjunto de juicios que calificaron de infundados. No sólo eso: otro integrante de dicho grupo se animó a subrayar que el preopinante nunca antes había expuesto nada al respecto y en su momento prestó apoyo total a los lineamientos y accionar seguidos por el gobierno surgido del último golpe de Estado. La respuesta no se hizo esperar y tanto el vocero Jorge Capitanich como el ministro de Planificación, Julio de Vido, subrayaron la forma utilizada. El primero conceptuó lo hecho y dicho como expresiones “temerarias, absolutamente infundadas, que se convierten en una falta de respeto a las instituciones de la democracia”. El segundo, desde Pekín (China), donde estaba negociando créditos e inversiones junto al titular de Economía, Axel Kicillof, advirtió de que esos agravios “son una provocación de corporaciones que impulsan golpes”. Por otro lado, en el mismo momento y en forma más serena, el Ministerio de Industria por intermedio de su titular, Débora Giorgi, aportó una visión totalmente distinta y auguró una firme expectativa de franco optimismo para finales del segundo semestre y, en especial, en el año 2015.
Luego de llamar la atención respecto a la expansión de las empresas pyme en tales especialidades, contrapuso una serie de indicadores positivos con que avaló la vigencia de perspectivas favorables. En igual sentido, el jefe del Gabinete sostuvo que desde 2003 hasta la fecha en esa área de actividad se operó un inédito incremento récord de 97% y que el índice de productividad acumulado lo había hecho 57%. Es evidente que alguna de las dos versiones expresa un enfoque que no se ajusta a la verdad.
El mensaje de la recaudación al cumplirse el décimo mes
Pese a las observaciones que se han formulado, debe convenirse que la gestión recaudatoria se ha venido cumpliendo más que satisfactoriamente pues la performance de este último mes es casi excepcional. Mediante la comparación interanual se verifica que en octubre se sumaron $104.606 millones, operándose un incremento nada habitual de 40,8%. De esta forma, en los diez meses han ingresado $958.247,4 millones, que es sólo 35,3% superior al mismo lapso del año anterior.
No obstante, debe advertirse de que en el caso del IVA, tributo que habitualmente lidera el cuadro acumulado general respectivo, pese a mantener la cima por séptimo mes en el año en curso, en el décimo mes subió apenas 26,7%, o sea, aportó en este caso $29.239,6 millones (27,95% del total recaudado). Esa aparente anomalía o declinación es consecuencia de haber hecho “devoluciones” por una cifra también inusual de $900 millones contra apenas $101 millones en el mismo mes de 2013. De todas maneras, en lo transcurrido de este año alcanzó un total de $271.012,1 millones (+33,3%), aunque los mencionados reintegros ascendieron a $3.8827,6 millones, 63,4% superiores que los realizados en igual período de 2013.
Muy diverso es lo que se advierte en el impuesto a las Ganancias. En tres meses de 2014 ocupó el primer lugar, pero en octubre ppdo. quedó tercero con $24.273,9 millones, pese al “salto interanual” de 63,4%; mientras que en los diez meses sumó $216.500,4 millones (+43,1%) y participó 22,57% del total general. La gestión más decisiva en ese resultado la desempeñó la DGI, vía por la que aportaron $186.905,5 millones (+42,2%) a la par que mediante la DGA se hizo lo propio con $3.827,8 millones que superaron 63,4% lo alcanzado por idénticos conceptos un año atrás.
El segundo lugar correspondió a las Contribuciones de Seguridad Social, con $24.600,2 millones (+30,8%) y $235.115,2 millones al cabo de diez meses (+27,2%), advirtiéndose que entre las fuentes de ingresos más relevantes es el que tiene una menor tasa de crecimiento con respecto a 2013. De sus componentes, son las Contribuciones Patronales, con $14.965,1 millones (+32,6%) y un acumulado de $142.975,9 millones (+28,3%), las de mayor rendimiento, seguidas a corta distancia por los Aportes Personales, que en el décimo mes lograron $10.434,8 millones (+36,7%) y en los meses transcurridos, $98.171,3 millones (+29%).
A continuación se ubican los tributos que gravan el comercio exterior que, en conjunto, llegaron a $10.269,4 millones; dentro de los cuales los $7.278,1 millones que devienen de las exportaciones registraron el máximo índice de incremento interanual con +86,5%, en lo que ha gravitado en forma decisiva el mayor proceso devaluatorio; mientras los $2.891,3 millones de Derechos de Importación sólo lo hicieron en un muy modesto +21%, lo cual se reitera en el período enero-octubre de ambos, que ascendieron, respectivamente, a $4.379,4 millones (+49,4%) y $25.178,9 millones (+30,8%).
En el pasado mes que acaba de concluir, mediante los instrumentos expuestos, se logró cubrir 92,29% de los ingresos tributarios nacionales de ese mes, lo que pone en clara evidencia la decisiva relevancia que ellos asumen en el escenario general -aunque no se han considerado los que recaen sobre Créditos y Débitos en Cuentas Corrientes, que rindieron $6.858,2 millones; por lo cual sumaron un no despreciable 6,56%, en el acumulado $62.194,1 millones (+35,9%) y 6,48% de los totales-.
Debe tenerse muy presente que las arcas de la Administración General han sido destino de $48.246,4 millones (+44,3%), cifra que implica una leve mejora porcentual respecto del acumulado, que ascendió a $441.030,1 millones (+38,8%). En cuanto a las Provincias, en el precitado mes recibieron transferencias por $27.561,8 millones que resultaron 41,3% mayores que las del año precedente. En consecuencia, en los diez meses ellas se elevaron a $247.930,4 millones (36,1%), que también sirve para poner de manifiesto que la gestión correspondiente al mes sujeto a análisis los índices de incrementos interanuales han sido los más altos entre los alcanzados en 2014.
Al divulgarse los datos precedentes se mencionó como elemento de referencia que los asalariados del sector privado durante los últimos 12 meses tuvieron un alza promedio de 34,6%, que para el caso de los que revistan en el Estado fue de 32,5%. Lo que realmente llama mucho la atención es que en el colectivo “en negro” (no inscriptos en los regímenes previsionales) representa 33,2% del total general, pese a lo cual la mejora interanual ha sido de 41%. Resulta obvio que en el combate contra este tipo de evasión la Administración Fiscal no ha cumplido plenamente su misión de contralor.