Twitter acaba de accionar judicialmente contra el gobierno de Estados Unidos para liberarse de la prohibición de informar a sus usuarios cuáles datos personales y qué comunicaciones le pide el gobierno que recolecte y le transmita.
Fundado en la Primera Enmienda que defiende la libertad de expresión, religión y el derecho del pueblo a reunirse en asamblea, sostienen que Twitter tiene el derecho de responder a las preocupaciones de sus usuarios y a las declaraciones de funcionarios del gobierno estadounidense al facilitar información sobre el alcance de la vigilancia, señaló en un comunicado Ben Lee, vicepresidente de Legales de Twitter.
Ante el reclamo de sus usuarios para conocer qué información Twitter está proveyendo al gobierno, se informó que si bien la empresa pretende ofrecer una respuesta precisa y detallada, sólo puede brindar una explicación amplia y en cierto aspecto inexacta por exigencia del gobierno. Respuesta que debe ser preaprobada por la administración Obama, siempre que no la obligue a mantener silencio.
Lee explica que la mayoría de los comentarios en Twitter es pública, a diferencia de lo que ocurre con otras firmas, como las operadoras telefónicas, por lo que la empresa no recibe un gran número de peticiones de organismos oficiales. Por su parte, el gobierno sostiene que el FBI y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), con el objetivo de defender al país de amenazas reales, necesitan en algunas oportunidades acceso a la información que poseen las empresas tecnológicas.
El objetivo final de esta acción judicial es forzar una reforma legislativa sobre la vigilancia que les impone el gobierno a las empresas tecnológicas, que coincide con la posición de Yahoo que, por negarse a proveer información del año 2008, el gobierno le impuso una multa diaria de US$ 250.000; y en septiembre le exigió a Microsoft que le informara sobre datos extranjeros alojados en la sede de Dublín, Irlanda, a lo que se negó argumentando la orden de secuestro no era aplicable a ese datacenter.
En la era de la información, cuando quien recolecta datos personales tiene más poder que quien fabrica o produce riqueza; cuando el Estado que mejor cruza información es más poderoso que el primero en la carrera armamentista, no debe perderse de vista que esos datos personales y esa información no es propiedad de quien la recolecta o procesa sino de cada una de las personas que utilizan un servicio y ejercen sus actividades en un territorio: nosotros.
* Abogado especializado en nuevas tecnologías / [email protected]