La demora en dar a conocer las ofertas económicas y dilatar la adjudicación del servicio de higiene urbana obedece a que el monto de éstas excede largamente las posibilidades presupuestarias del municipio.
Ello es así a raíz de la incidencia de los mayores costos que demandaría la aplicación de las modalidades operativas e innovaciones establecidas en los pliegos, que introducen procesos de recolección más complejos que requieren, a su vez, de equipos y procedimientos más sofisticados, como camiones de carga lateral y soterramientos, entre otros cambios.
Aun cuando no se conocen las ofertas económicas, en conjunto, éstas rondarían un monto global del nuevo servicio de $180 millones que, actualizados a la fecha (las ofertas datan de diciembre de 2013), superarían $200 millones, es decir más del doble el costo actual, estimado en $90 millones.
Tal cifra llevaría el costo anual del servicio a valores cercanos a 30% del Presupuesto para el próximo ejercicio, una incidencia financiera de cumplimiento imposible y pronóstico ruinoso. Actualmente el costo de este servicio se acerca a 20%, cuando las previsiones establecían que no debía superar 13%.
Por esa razón es que, técnicamente, la licitación debería declararse desierta, como corresponde cuando el poder concedente desiste del objeto licitado o las ofertas se alejan notoriamente de éste. Sin embargo, para no reconocer el fracaso, una vez abiertos los sobres se procederá a disfrazar la situación, forzando un mejoramiento de ofertas, apartándose de las condiciones técnicas establecidas en los pliegos, de imposible cumplimiento. En esa línea, se recurrirá a su poda y a la adjudicación por rubros, eliminando o reduciendo las prestaciones para fijar un monto global que rondaría $100 millones mensuales. Un recurso engañoso, ya que lo que no se adjudique deberá ser prestado en forma directa por el municipio.
En la práctica, significa que el servicio se mantendrá, en el mejor de los casos, en las mismas condiciones que es prestado actualmente, con la técnica convencional y los equipos existentes y con mayores reducciones a efectos de abaratar los costos para las empresas.
En conclusión: la realidad confirma que fue una mala decisión privatizar el servicio de Higiene Urbana y nos da la razón en cuanto a lo que planteamos desde el inicio: que el servicio sería mucho más caro y peor del que la ciudad tenía.
*Concejal por el Frente Cívico.