Cuando el entorno cambia, es importante no perder el rumbo hacia el destino al que apunta la organización. Todas las crisis pasan y aun en las peores hay ganadores y perdedores.
Por Miguel Alfonso Terrizi *
La habilidad principal de un líder en momento de crisis es adaptarse. Los líderes argentinos tienen la capacidad de adaptarse a los cambios, de anticiparse a ellos y reaccionar de manera inmediata.
Cuando el proceso de planificación estratégica, operativo y contingente que formalmente pudiere tener la organización que conduce no le brinda respuestas adecuadas a la incertidumbre imperante, debe poder implementar acciones concretas en ocasiones basadas en la intuición más que en la razón. Esto es, poder combinar lo urgente con lo importante, lo operativo y lo estratégico.
En mi libro El método RESE – Resultados Extraordinarios, Sustentables y Equilibrados defino las siguientes competencias (conocimientos, habilidades y actitudes) que deben tener los líderes:
1. Capacidad para pensar sistémica y estratégicamente. Ver y comprender el funcionamiento del todo (sistema) en su conjunto y cómo interactúan las partes que lo componen a lo largo del tiempo. Poseer visión sistémica y estratégica a la vez es ver el futuro con claridad, pudiendo predecir con exactitud las consecuencias y tendencias futuras al tener gran conocimiento y amplia perspectiva.
2. Capacidad para contextualizar entornos múltiples. Comprender los contextos de cada una de las partes del sistema, no sólo el de la empresa. Por ejemplo, el contexto de los sindicatos y relaciones gremiales, el de los colaboradores, clientes, proveedores, etcétera, y tomar decisiones considerando cómo afectan a cada parte su propio contexto.
3. Precisión y simplicidad. Hacer fácil lo difícil, descubrir las zonas de apalancamiento que todo sistema posee (los lugares donde con mínimo esfuerzo se logran resultados extraordinarios) y actuar sobre ellas.
4. Capacidad para ejercer un rol de coach sistémico. Adoptar un estilo de liderazgo flexible en función de las habilidades, conocimientos y actitudes que posean los seguidores; para lo cual debe ser un excelente coach, mentor, consejero, gerente, jefe y patrocinador, rompiendo todo inmovilismo de estilo que por limitaciones propias o culturales del sistema impidiera aplicar el más apropiado.
El coach sistémico apunta con certera precisión al destino que se deben dirigir los seguidores, acciona sobre trilogía sistémica de la acción (saber-querer- poder); y además, elige, capacita y desarrolla a gente de excelente desempeño y bajo o alto potencial.
5. Capacidad de responsabilizarse incondicionalmente. Elegir y hacerse cargo de sus resultados y de los que las partes del sistema del cual forma parte deben lograr, dando siempre respuestas generativas, sin aceptar ni ofrecer respuestas tranquilizadoras. Actuar de manera protagónica en cualquier orden de la vida, sin buscar culpables. Hacer que las cosas sucedan.
En un momento de crisis es fundamental evitar la tentación de olvidar que en momentos de estabilidad se declaró que el recurso más valioso de la organización es el Recurso Humano, que es y será siempre lo más valioso porque hace posible que las cosas sucedan o no y en las crisis son los que les ponen finalmente el pecho a los hechos. Jamás dejar de poner foco en el cliente.
El paradigma de contar con Sistemas Generativos Saludables (accionistas, clientes y empleados felices) no debe por ninguna circunstancia desequilibrarse desde una mirada estratégica y del máximo conductor de la organización.
* Director de HuCap, consultora especializada en gestión estratégica de capital humano.