ESCUCHARRecordando que “incumbía a la entidad bancaria accionada aportar prueba cierta y eficaz para corroborar la situación de hecho que invocaba -justa causa de despido-, y no habiendo así acontecido, deviene en ilegítima la comunicación resolutoria emitida por la demandada al actor y el encuadramiento dado por la misma a la desvinculación laboral”, el Juzgado Federal Nº 1 de Córdoba, a cargo del juez Ricardo Bustos Fierro, hizo lugar a la demanda laboral de un empleado bancario, calificando el distracto como “ilegítimo, arbitrario y discriminatorio”.
Francisco Ramón Scida, con 28 años de antigüedad en el Banco de la Nación Argentina, era Jefe de Área en Contaduría, Sección Cuentas Corrientes, hasta que en diciembre de 2002 fue despedido por dicha entidad, quien invocó “mal desempeño” y “pérdida de confianza”.
El fallo analizó que en la sede bancaria ocurrió “un desmanejo absoluto de la operatoria descripta, y cuando el perjuicio dinerario saltó a la vista por signos que conformaron estado de sospecha delictiva”, se endilgó a Scida responsabilidad funcional, “involucrándolo en la actividad delictiva y disponiéndose su despido con invocación de justa causa (mal desempeño y pérdida de confianza), cuando en estricto y simple rigor de verdad, el empleado administrativo cumplía su función de acuerdo a la metodología de trabajo que se decide y aplica desde el nivel gerencial”.
Entre otras cuestiones, la decisión concluyó que “si los defectos u omisiones de organización bancaria permitieron el avance de una conducta defraudatoria a partir de un ardid o engaño que superó al nivel gerencial, también la misma inconducta de estafa afectó al empleado con responsabilidad de firma para autorizar operaciones bancarias supuestamente compensadas”.
