Pedro J. Frías no en vano fue considerado uno de los pensadores del derecho más influyentes del último medio siglo.
Por Francisco Junyent Bas – Exclusivo para Comercio y Justicia
Hace tres años y algunos días, el 2 de abril de 2011, falleció en Córdoba, a los 92 años, el constitucionalista Pedro J. Frías, reconocido como uno de los juristas más notables del país del último medio siglo.
Nacido en 1919, Frías era hijo del doctor Pedro José Frías, quien fue gobernador de Córdoba. Desde pequeño, su desempeño en los estudios fue notable. Obtuvo el premio al mejor bachiller en el Colegio Nacional de Montserrat y más tarde se recibió en la Universidad Nacional de Córdoba, en la que le fueron otorgadas las más altas distinciones.
Fue, además, doctor en Derecho y Ciencias Sociales y presidente honorario de la Academia Nacional de Derecho de Córdoba. Se desempeñó como profesor titular de Derecho Constitucional en la Universidad Católica de Córdoba y en la Universidad Nacional de Córdoba, en la que también ocupó los cargos de consejero y vicedecano.
Militante de la Acción Católica, se ocupó de temas sociales y políticos. Su padre militó en el viejo Partido Demócrata y él, en el Partido Demócrata Cristiano, del que fue candidato a constituyente en 1957 y a gobernador tiempo después.
Fue miembro de la comisión honoraria del Ministerio de Relaciones Exteriores. En 1963 y 1964 se desempeñó como embajador en Bélgica y fue, además, embajador ante la Santa Sede entre 1966 y 1972.
Frías fue nombrado en 1976 miembro correspondiente de la Academia de Ciencias Morales y Política, y, en 1977, ministro de la Corte Suprema de Justicia, tribunal en el que permaneció hasta noviembre de 1981, cuando renunció a su cargo por enfermedades graves en su familia.
Reconocimiento
“El espíritu de justicia, la prudencia de sus opiniones, la agudeza de sus dotes intelectuales, su ilustración y sus hondas cualidades de caballero cristiano nos dejan la viva imagen de un juez y un amigo que enriqueció nuestra convivencia durante casi cinco años”, escribieron los restantes jueces de la Corte Suprema, encabezada por el juez Adolfo R. Gabrielli. Desde 1979, fue miembro consultor de la comisión que participó en el proceso de mediación del papa Juan Pablo II por el conflicto del canal Beagle, que enfrentó a Chile y Argentina y casi culmina con una contienda armada. En 1981 renunció a ese cargo.
Fuente de consulta
Frías fue uno de los especialistas más buscados durante el ciclo de reformas constitucionales producidas, en los órdenes nacional y provincial, desde el retorno de la democracia.
Además, fue un prolífico autor de libros siempre actuales, entre ellos El ordenamiento legal de los partidos políticos, El comportamiento federal en la Argentina, Sobre poder y sociedad y Aproximaciones. Escribió, además, cerca de veinte libros y cientos de artículos.
“Nos hemos vuelto individualistas y el individualismo disuelve los vínculos sociales en los egoísmos particulares. Nos hemos vuelto relativistas; todo es igual: el bien y el mal, la Biblia y el calefón. Nos hemos vuelto muy desconfiados de los gobiernos, de los vecinos. Hay desconfianza mutua en la sociedad; por eso está tan fragmentada”, supo afirmar Frías durante una entrevista periodística. Sus palabras no dejan de cobrar absoluta actualidad.
Hoy Comercio y Justicia lo recuerda honrando a un jurista que defendió al federalismo, a la democracia y al Estado de Derecho. Un jurista cordobés. Alguien a quien deberíamos imitar.