Aumentó el nivel de endeudamiento de la familia argentina en los últimos diez años. El compromiso de un trabajador formal pasó de 1,8 salarios brutos en el tercer trimestre de 2003 a 2,3 en el mismo período de 2013.
El nivel de endeudamiento relativo de las familias argentinas aumentó 32% en diez años. La deuda promedio de un empleado formal pasó de 1,8 salarios brutos en el tercer trimestre del año 2003 a 2,3 para el mismo período de 2013.
Según el informe de Coyuntura Federal emitido por la consultora NOAnomics, la jurisdicción que presenta mayor endeudamiento relativo es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) con 3,4 salarios por trabajador formal, siguiendo Santiago del Estero con 3,1; Salta con 2,8 y Misiones con 2,7.
Siguen por encima del promedio Tucumán, Formosa y Chaco con valores de 2,5 mientras que las 13 provincias restantes se ubican por debajo. En este grupo, las que registran la menor incidencia son San Juan, Catamarca y Río Negro, con deudas que oscilan entre 1,1 a 1,2 salarios per cápita.
En provincias grandes como Buenos Aires (2,2), Córdoba (1,9) y Santa Fe (1,8) el nivel se ubica más cerca del promedio total de 2,3.
Las grandes diferencias
Como corolario, la consultora observa que alrededor del promedio de endeudamiento absoluto y relativo existen grandes diferencias por jurisdicción. Entre las que presentan un mayor nivel de deuda per cápita absoluta y relativa se destacan la CABA y provincias del norte como Salta, Formosa, Misiones, Tucumán, Chaco y Santiago del Estero.
Por otro lado, dentro del grupo de provincias grandes y centrales los niveles absolutos y relativos se encuentran alrededor de la media, mientras que las del sur y Cuyo son, en su mayor parte, las menos comprometidas.
Al margen de que el peso del endeudamiento sobre el ingreso disponible disminuirá en términos reales por efecto de la inflación, serán las familias de las provincias más endeudadas las que mayor porcentaje de sus ingresos deberán destinar para el repago de sus créditos, disminuyendo por ende la porción destinada a otros fines como el consumo.
Sin embargo y en cuanto a la tendencia futura, dado el panorama macroeconómico y financiero actual con un horizonte de salarios reales estancados o decrecientes y tasas de interés en ascenso, resulta difícil pensar en que el endeudamiento relativo de las familias pueda aumentar por encima de los valores actuales sino más bien iniciar una nueva fase de disminución.