Las medidas del Banco Central destinadas a enfriar la plaza cambiaria provocaron que los préstamos personales y el costo de financiarse con tarjetas de crédito se disparara al 80 por ciento anual promedio, lo que amenaza con frenar la actividad económica.
El Banco Central subió las tasas de interés a niveles cercanos a 30 por ciento anual para sacar pesos del mercado y disminuir la demanda de dólares, lo cual también derivó en que los bancos subieran el interés para los plazos fijos.
Mediante una licitación, la autoridad monetaria elevó las tasas de 25,5% al 28,8%, lo cual equivale a unos tres puntos porcentuales por encima de su nivel de la semana pasada, cuando subieron 6%.
De esta manera, el Central logró sacar $11.391 millones del mercado para evitar que se vayan al dólar. Ese incremento durante las últimas semanas encareció las líneas de consumo y el salto en el costo total de los préstamos fue de 18% en menos de una semana.
Según la entidad, los intereses subieron entre 3% y 10%, y para el uso de tarjetas de crédito y para préstamos se ubica en 50%, lo cual elevó el costo financiero total, que incluye los cargos de seguro de vida, el IVA y una tasa municipal, por encima del 80%, cuando diez atrás era del 68%.
De este modo, quien solicite un préstamo de $10.000 a 12 meses en una banco privado deberá afrontar una tasa nominal anual de 50% y un costo financiero total de 84,2%. Ante esta situación, algunos bancos congelaron de manera momentánea el otorgamiento de nuevos créditos y acortaron los plazos.