En el marco de los anuncios realizados por la presidenta Cristina Fernández se dio a conocer un paquete de medidas dirigidas al sector de la economía social, apuntando siempre al esfuerzo, la buena voluntad y al trabajo solidario. En ese contexto, la pelea de los grandes productores agropecuarios por la eliminación de las retenciones aparece como una mezquindad y la suspensión de las medidas de fuerza apuntada por la mesa de Enlace una mera estrategia política
La presidenta Cristina Fernández y la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, presentaron el plan de políticas sociales para el bienio 2009-2011, que supone un esfuerzo especial en la inversión de recursos destinados a los sectores postergados con un sentido productivo, apoyando cooperativas, emprendedores y pequeños agricultores.
La consolidación del Programa de Ingreso Familiar, que llegará a 743.000 hogares vulnerables, el adicional por hijo que se incrementará en un 50% para dos millones de niños, unido a las pensiones asistenciales, que han pasado de un tope fijo de 200.000 a más de 700.000 en la actualidad y con el objetivo de superar el millón y llegar a todos los que las necesiten, completado con incorporación de un adicional por hijo menor de 18 años para los monotributistas sociales, de pequeñas cooperativas, emprendedores sociales y productores agricultores familiares, deja sin sentido el reiterado reclamo del famoso “ingreso universal”, y consolida nuestra convicción acerca de que el único “ingreso universal” digno es el trabajo.
El empleo -y su promoción y defensa como expresión de la solidaridad social- fue el tema central de los discursos de la Presidenta y la Ministra, quienes reiteraron que las cooperativas y mutuales cumplen un rol fundamental en gran parte de las medidas anunciada, y dio marco a la presencia de representantes de las Instituciones Federadas del Cooperativismo y Mutualismo que hicieron entrega del “Acta de compromiso”, redactada y firmada en el V Congreso Federal de la Economía Social.
Cada medida constituye un esfuerzo solidario, y al mismo tiempo una muy importante inyección de recursos para incentivar la demanda interna en todo el territorio del país, con lo que además de hacerse frente a la deuda social, se incentiva directamente el consumo y la demanda agregada, en una clásica medida anticrisis, como las que aplican los países centrales, cuando el zapato les aprieta a ellos.
Contrasta esta visión integradora, solidaria, fortalecedora del consumo interno y de la producción y el empleo nacional, con la reiterada insistencia de los sectores agrícolas sojeros en la eliminación de las retenciones, que sólo beneficiaría a quienes más tienen, que “guardaron” sin vender la soja del año pasado, ya que todos sabemos, porque lo “afirma el campo”, que este año no habrá soja por la sequía y los productores chicos ya la vendieron toda. Aunque ahora tengamos lluvia, de la naturaleza y también de “innovadoras” alianzas salvadoras de la crisis.
Como siempre, todo está claro: por un lado los sectores populares que repetimos que “nos salvamos todos o no se salva nadie”, y los privilegiados que quieren todo para ellos, aunque luego el país se hunda.
Por tanto, no tengo mucha fe en la última escenificación del “campo” al suspender el paro: quisiera creer que ahora no condicionarán todo a la eliminación de las retenciones, pero ya el líder conservador de Santa Fe, Hermes Binner, se encargó de coincidir con los conservadores porteños, pidiendo el fin de las mis