martes 3, diciembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

¿La economía de plataformas es el nuevo “sweatshop” de la era digital?

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Por Luz Saint Phat / [email protected]

Un documento publicado por la OIT advierte sobre las condiciones de precarización de este sector emergente, que no sólo abarca a repartidores y personal de cuidado, sino también a profesionales del campo de la tecnología

El sector de la economía de plataformas se está desarrollando rápidamente a medida que se masifica el uso de las nuevas tecnologías y, sobre todo en los países en desarrollo, se configura como un mercado de empleo relevante. 

No obstante, la pregunta que persiste es si este modelo de mercado laboral, que usualmente se presenta asociado al empleo sin registrar o una nueva forma de cuentapropismo, realmente puede contribuir al desarrollo de la actividad económica de las naciones y consolidarse como una alternativa válida, segura y estable de empleo para miles de personas. 

Por el contrario, algunos especialistas indican el riesgo de que este emergente configure el nuevo “sweatshop”, de la era digital. Se trata de un término en inglés que refiere a los talleres textiles o de manufacturas varias que se instalan en países con legislación laboral precaria o que se encuentran directamente en la ilegalidad, ofreciendo condiciones de contratación precaria e insegura en todo aspecto. 

Sobre este tema, se refirió un nuevo informe publicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) titulado Trabajo en plataformas en economías en desarrollo: ¿Puede la digitalización impulsar la transformación estructural?

Los autores, Sarah Cook (del Southern Centre for Inequality Studies, de la Universidad de Witwatersrand, Johannesburgo, y la Universidad de Nottingham Ningbo, China) y Uma Rani (OIT), plantean allí luces y sombras relacionadas con este tipo de empleo que se extiende en todo el mundo. 

En detalle, los especialistas “examinan el impacto de la digitalización y cómo puede contribuir a un desarrollo humano, inclusivo y sostenible, desde el punto de vista de los trabajadores y las condiciones de trabajo, y basándose en la experiencia de los trabajadores”, focalizando en los países del sur del planeta, según precisó la OIT en un comunicado emitido esta semana. 

“Para muchos, una parte central de la solución a los retos del desarrollo contemporáneo -ya sea para pasar a una economía verde y digital- reside en la tecnología”, dice la misiva institucional al reseñar el espíritu del documento, advirtiendo de que “sin embargo, un argumento clave de este documento es que, aunque las tecnologías digitales están cambiando la organización y las condiciones de trabajo, incluso en las economías de renta baja y media-baja, hay pocas pruebas sobre si estos cambios pueden generar desarrollo y transformación estructural, cómo y en qué circunstancias”.

Es así que el texto, considerando como base de sus conclusiones a un conjunto de investigaciones y debates actuales, muestra que “los trabajadores del sector informal tienen un trabajo cada vez más precario”.

Esta situación se profundiza – dice la OIT – en la medida que avanzan los procesos de digitalización. Así, se observa que, incluso los trabajadores bien formados y cualificados” (como pueden ser los especializados en distintas áreas de informáticas), “se enfrentan a condiciones laborales inciertas, tanto lo que respecta al contenido del trabajo como a las condiciones”, constituyendo un “sweatshop de trabajo digital”.

Mientras, específicamente en lo relacionado a lo que ocurre en las economías en vías de desarrollo o emergentes, el estudio también muestra que el avance de la digitalización tiene una característica en común: suele llevarse adelante en contextos donde existe una “relativa debilidad de la capacidad estatal e institucional” con recursos fiscales limitados, niveles excesivos de desigualdad, de subempleo o desempleo y condiciones desfavorables de integración de las cadenas de valor, según precisa el comunicado de la organización. 

“Este contexto, sostienen los autores, plantea importantes interrogantes sobre si la digitalización puede ayudar a los países en desarrollo a recuperar el retraso y alcanzar la prosperidad económica y el desarrollo del mismo modo que lo hicieron los países desarrollados a través de la industrialización”. refiere el parte de prensa y señala que, “de hecho, cada vez hay más pruebas que demuestran que las trayectorias de desarrollo no están impulsadas principalmente por el cambio tecnológico, sino que intervienen otras fuerzas sociales, económicas e institucionales”.

“De nuestro análisis, la evidencia es clara de que, hasta la fecha, las transformaciones digitales no han llevado a cambios sectoriales asociados con transformaciones estructurales en las economías de bajos ingresos y en desarrollo; ni están creando suficientes empleo decente y productivo necesario para impulsar esos cambios”,concluyeron los académicos al final del documento, que se encuentra disponible online.

“En consecuencia, las desigualdades subyacentes del desempleo y el subempleono se están abordando”, alertaron. 

Políticas públicas

Los especialistas que redactaron el documento, señalan que existen posibilidades para afrontar los desafíos que proponen estos modelos emergentes de empleo, enfatizando en el impacto que tienen las políticas públicas atinadas.

“Los autores señalan las medidas políticas clave que serían necesarias para dirigir la transformación económica digital hacia un desarrollo sostenible, justo e integrador”, explicó el comunicado. 

Entre estas posibles herramientas se sugiere la regulación de las empresas, la protección social, la sindicalización de la fuerza laboral y la transparencia de los datos. 

“También consideran las oportunidades  de utilizar las tecnologías digitales para resolver cuestiones relacionadas con los derechos de los trabajadores, el acceso a las prestaciones y las condiciones de trabajo, y apelan a seguir investigando para comprender mejor estas posibilidades”, dice el comunicado. Así, se indicó la importancia de “repensar los vínculos entre cualificaciones, productividad y salarios, incluyendo la comprensión de cómo utilizar una mano de obra formada o cualificada de forma productiva, será fundamental”, siendo ésta una sugerencia aplicable “no sólo para los trabajadores implicados, sino también para crear un entorno en el que el aprendizaje, la adopción y la difusión de las tecnologías puedan mejorar la productividad económica en general”, se aseguró.

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