Por el Consejo de Médicos de la Provincia de Córdoba
*Este artículo es la editorial de la revista institucional Ethica Digital, en su edición de marzo, que dedica, además, su sección De Interés Médico al tema.
La prensa local advertía el 17 de marzo sobre la cruda realidad.Siete muertes a causa del dengue y algo más de dos mil nuevos casos de la enfermedad reportados en sólo una semana en la provincia de Córdoba nos colocan ante un panorama sanitario de gravedad que de ninguna manera puede ser subestimado*.
Las guardias de los hospitales públicos se llenan de consultas. El Consejo de Médicos de la Provincia de Córdoba apoya todas las medidas preventivas que llevan adelante los organismos sanitarios en sus distintos niveles y desarrolla una tarea de concientización sobre la situación, a través de la prensa y las redes sociales.
En tanto, propone dialogar sobre la posibilidad de acudir a la medicina ambulatoria para ciertos casos y descomprimir la saturación de las guardias. De hecho, el 21 de marzo, el Ministerio de Salud anunció un nuevo protocolo de atención, distinguiendo entre las personas con síntomas leves, que se atenderán en los dispensarios, y los casos graves, que serán atendidos en las guardias de los hospitales provinciales y municipales.
Y no solo es Córdoba, sino todo el país. Con distintas intensidades, atraviesa esta epidemia sin precedentes. Solo en 2024, hubo cerca de 58.000 casos, un porcentaje más que elevado con respecto al mismo periodo del año anterior.
El doctor Hugo Pizzi, quien en diciembre pasado fue premiado por el Consejo de Médicos en el marco del Día del Médico y actualmente participa en el desarrollo de los objetivos y el plan de acción de la Comisión de Medicina Ambiental, es un reconocido infectólogo a nivel mundial, magíster en Salud Pública, que no duda en calificar como “el peor brote de dengue desde que volvió a detectarse, en 1997, tras 70 años sin casos”.
El especialista de destacada actuación frente a la lucha contra el Covid 19 establece que, frente al dengue, el objetivo de máxima de una política sanitaria para enfrentarlo, “es vacunar contra la epidemia a las 300 mil personas que ya lo tuvieron, con el fin de protegerlos del riesgo de padecer el dengue hemorrágico”.
El tamaño del objetivo señala la gravedad de la situación. Muchos hablan, sin un verdadero análisis científico, que la vacuna no ha demostrado todavía su eficacia y niegan que haya sido aprobada por los organismos de control y que por tanto sería apresurado incorporarla al calendario de vacunación obligatoria.
Pizzi no tiene dudas. “Hay evidencias de la efectividad de la vacuna que se está comercializando en el país. Se ha probado y se está utilizando a nivel mundial. La persona que está vacunada tiene prácticamente un 85 % de protección de no tener dengue hemorrágico, y más de un 90 % de posibilidades de no tener que ser internado. Eso es contundente”, recalcó en diálogo con Ethica Digital.
Por otra parte, la vacuna elaborada por el laboratorio japonés Takeda ratifica que cuenta ya con la aprobación de la Administración Nacional de Alimentos y Medicamentos (Anmat) para su aplicación en el país. Según Pizzi, la vacuna “se basa en el virus vivo y atenuado del serotipo, al que se añade ADN de los otros tres serotipos para proteger contra cualquiera de los cuatro tipos de dengue”.
El desafío para una política sanitaria es “que se trata de una vacuna cara y la situación del país es difícil”. Pero no deja de señalar “que aun así, en Salta, Misiones y Formosa la están poniendo gratis y Catamarca mandó a comprar 400 mil”. Sin duda, es una cuestión de criterio.
El especialista, de gran protagonismo en la lucha contra el Covid, aclara que “la vacuna previene contra el desarrollo de la forma grave de la enfermedad, es decir, sólo puede atenuar el cuadro y no evitarlo. Puede aplicarse a personas desde los 4 años de edad, pero como emplea virus atenuado, no debe colocarse en personas gestantes o que estén amamantando o en inmunodeprimidos. Para la completa inmunización debe ponerse dos dosis, con un lapso de tres meses entre una y otra”.
En cuanto a las fumigaciones, Pizzi las alienta pero sostiene “que sólo son efectivas si se hacen de manera sostenida en el tiempo, para atacar todo el ciclo biológico del mosquito”.
* Los datos son cambiantes día a día. Los que aquí se publican corresponde al día que se escribió la nota.