jueves 1, mayo 2025
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Comercio y Justicia

Cinco años del aislamiento por Covid: un triste aniversario que nos invita a reflexionar

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Por el Consejo de Médicos de la Provincia de Córdoba

Un repaso de las diversas situaciones críticas que desnudó la pandemia y que no se resolvieron después de ella. La realidad de los recursos humanos en salud continuó empeorando y hay especialidades y territorios en los que el impacto es aún mayor

El 20 de marzo se cumplieron cinco años del decreto que impuso el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) como medida de protección sanitaria ante los primeros casos del coronavirus COVID-19. Para esa fecha, en 2020, la emergencia era un hecho y la sociedad se enfrentaba a un desafío sin precedentes, que obligaba a un comportamiento responsable, restringido y solidario para evitar una ola de contagios que pusiera en jaque al sistema de salud, agotando los recursos tanto para el diagnóstico como para la atención. 

El personal de salud ya estaba afrontando esta situación de tensión desde hacía varios días. Las guardias comenzaron a recibir a personas con sospecha de tener el virus, ante la aparición de síntomas inespecíficos, que podían corresponder a distintas patologías, por el temor de la población. 

Es un buen momento para reflexionar sobre nuestro comportamiento en esa emergencia, que nos enfrentó a nuestra finitud y nos obligó a revalorizar la vida tal como la conocíamos. 

Es momento también de reconocer que quizá no aprendimos lo suficiente de esa situación límite. El personal médico –que en Córdoba registró al menos 55 decesos por Covid-19–, primero apoyado y luego ignorado o hasta discriminado por ser presunto factor de riesgo para sus entornos próximos, continúa enfrentado a una desvalorización que se traduce en una verdadera crisis del recurso humano. 

Cada vez más colegas deben apelar al pluriempleo y cuentan con menos posibilidades de capacitación ante el surgimiento o resurgimiento de epidemias. Los establecimientos de salud están al borde del colapso y, año a año, se pierden clínicas privadas que durante la pandemia de Covid-19 fueron clave, sobre todo para la atención en localidades del interior. 

A cinco años de un hito sanitario, desde el Consejo de Médicos de la Provincia de Córdoba (CMPC) proponemos que pensemos en la salud pública como si estuviéramos siempre en pandemia o bajo el riesgo de ella, que revaloricemos el recurso humano en salud y protejamos las instituciones y las personas a las cuales podríamos acudir ante un eventual peligro de catástrofe sanitaria. 

Los trabajadores, incluidos los de salud, merecemos cada día un aplauso por la tarea bien hecha, con pasión y con vocación, sea cual fuere el escenario.

Situación crítica

Como hemos dicho en diversas oportunidades, estamos en una situación crítica que se traduce en el abandono paulatino de especialidades clave o la escasez de recursos humanos en salud en numerosas regiones alejadas de los grandes conglomerados urbanos. Esto requiere de medidas estratégicas y urgentes, que contribuyan a mejorar la realidad de quienes desempeñamos nuestra actividad nada menos que protegiendo la salud de la población. 

Es por eso que, desde el Consejo de Médicos de la Provincia de Córdoba, solicitamos a todos los actores del sistema sanitario –que es complejo por sus múltiples componentes– que se priorice la calidad de la atención y que se reconozca su valor.

Desde nuestro rol, continuaremos haciendo un aporte para mantener el nivel de las prestaciones, honrar el prestigio de nuestra profesión y contribuir a una sociedad más justa, en la que la violencia no afecte nuestro trabajo y la remuneración estimule la elección de una profesión tan digna como necesaria para el desarrollo humano de nuestra sociedad.


APORTE

Qué hizo el Consejo en la pandemia

El CMPC realizó diferentes acciones de apoyo y protección de los colegas y de la comunidad. Por caso, desde el comienzo de la cuarentena y a través del Fideicomiso Solidario de Ayuda Profesional (Fisap), se creó para todos sus miembros un subsidio para los casos de contagio de la enfermedad, también se implementó otro para aquellos médicos afiliados que atravesaran una crítica situación económica como consecuencia del aislamiento social obligatorio, mientras siguiera vigente el mismo y hasta dos meses posteriores a su cese. Asimismo, se otorgó un subsidio por fallecimiento por Covid-19, que fue entregado a los beneficiarios que hubieran sido designados por el titular antes del deceso. En total, fueron aprobados 1.270 subsidios otorgados por la enfermedad.

Por otro lado, ante la difícil situación que atravesaban los colegas que trabajaban como monotributistas, en las categorías A, B y C, el Fisap también se hizo cargo, mientras duró la situación, de la cuota de matriculación y su aporte al sistema solidario.

Asimismo, el seguro de protección solidario y voluntario aplicó un incremento del 25% en los subsidios anteriores a la pandemia por incapacidad laboral transitoria, maternidad y accidente en caso de invalidez o fallecimiento. 

Finalmente, organizó cursos, ateneos, charlas y debates en forma virtual para comprender la realidad de un virus desconocido, al tiempo que organizó charlas de divulgación hacia la comunidad acerca de qué tener en cuenta para el autocuidado.

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